El verdadero consagrado de María no sirve a esta augusta Reina por espíritu de LUCRO o INTERÉS ni por su PROPIO bien TEMPORAL o ETERNO, CORPORAL o ESPIRITUAL sino únicamente porque Ella merece ser servida y sólo Dios en Ella. Por eso la ama con la misma FIDELIDAD en los SINSABORES y SEQUEDADES que en las dulzuras y fervores sensibles. La ama lo mismo en el CALVARIO que en las bodas de CANÁ. Pero ¡ QUÉ POCOS HAY ASÍ !
El 19 de enero tuvo lugar en el teatro Pime de Milán un encuentro del diario católico La Nuova Bussola Quotidianaen torno a la consideración de queMaría nos prepara para el futuro. Presentados por su director,Riccardo Cascioli, intervinieron el mariólogoDiego Manetti, colaborador de Radio María, y la hermanaEmmanuel Maillard, de la Comunidad de las Bienaventuranzas en Medjugorje. La religiosa habló de la significación de la presencia de la Virgen en dicha localidad y de lo que transmite a las personas que acuden a escucharla.
Éstos son algunos de los pasajes de su charla, extractados y publicados por la edición española del diario, Brújula Cotidiana:
Otra frase que dice sobre las pruebas es “no seréis fuertes” porque también en la Iglesia muchas personas tienen como objetivo el bienestar de la tierra. Satanás os desvía, “queridos hijos” -como nos llama la Virgen-, con el modernismo, el materialismo y el egoísmo.
La tierra
Consideramos el tiempo de la tierra como el tiempo definitivo. Hacemos todo por la tierra: trabajo, carrera, etc. Trabajamos por la tierra, pero hemos olvidado el alma, que ponemos en último lugar. Hay jóvenes en Francia que no saben que tienen alma. Francia está en dificultades: orad por Francia.
Fuerza
Tenemos que volver a vivir una vida correcta. Es urgente que todos nosotros nos hagamos fuertes, fuertes en la fe y fuertes en la oración, con la fuerza de Dios, fuertes en la adhesión a Jesús, fuertes con la Virgen para prepararnos para una tercera profecía.
“Nos preparará”
¿Qué haremos cuando reine el pecado? “Pero si sois míos venceréis, porque vuestro refugio estará en el corazón de mi Hijo Jesús”, dice la Virgen en Medjugorje. Tenemos centros comerciales llenos, pero iglesias vacías. La Virgen nos prepara entonces para el misterio de la Misa, la Adoración y la Santísima Eucaristía. “Si sois míos venceréis”, quiere decir: cuanto más vivamos la Eucaristía, más unidos estaremos con Él, Nuestro Señor, y acortaremos el tiempo de estas pruebas.
Guerra
Si hay un triunfo, el triunfo del Inmaculado Corazón de María, que Nuestra Señora profetizó en Fátima, significa que primero hay una guerra. Y estamos en esta guerra. Si existe esta guerra significa que el triunfo está cerca.
Adoración eucarística
La Virgen nos ha pedido que nos enamoremos de Jesús. Nos dice: “Adorad a mi Hijo con el corazón”. La Virgen nos invita a crear una capilla de adoración perpetua en todas las parroquias. He estado en Trieste. Trieste era la ciudad con el mayor número de suicidios. El padre Justo [padre Justo Lo Feudo, Misionero de la Santísima Eucaristía, ndr] comenzó a organizar la adoración eucarística perpetua. Se necesitan unas trescientas personas. Después de un año el número de suicidios se redujo a la mitad porque cuando Jesús está presente con su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad, está vivo y viene con toda su vida. Así llego yo a la adoración: cansada, distraída, tengo mis pensamientos, pero si vengo con toda mi buena voluntad a pasar una hora con Jesús ¿qué pasa? Lo que sucede es que Jesús presente allí nunca se cansa, nunca se distrae. Él está allí todo para mí y me envía su divina presencia, me envía los rayos de su presencia. Rayos de luz, de amor, de alegría, de misericordia. Aunque esté dormida, estos rayos no se detienen en mí: van a otro lugar y tocan a toda la gente de la ciudad donde está la capilla de adoración, y así hace el bien. Cuando se abre una capilla, disminuyen los suicidios, los divorcios, las drogas, el satanismo y todas las cosas que el maligno hace. Es un hecho medible.
Misa
Durante un festival la Virgen dijo que pusiéramos la Misa en el centro de nuestras vidas. Sin embargo, hoy ponemos la carrera, el trabajo y el sexo en su lugar. Y cuanto más ponemos otras cosas en el centro, menos felices somos. Muchas personas no saben que durante el ofertorio, cada uno de nosotros puede llevar su ofrenda al altar a través del agua del cáliz. Es la ofrenda de mi sufrimiento, mis pruebas, mis enfermedades, mis angustias. Puedo poner todo en la sangre de Jesús. Y esto es precioso. ¿Y qué hace Jesús? Cuando toma el cáliz y dice “Ésta es mi sangre”, de repente todo se vuelve divino y, por lo tanto, Jesús transforma todo lo que he puesto dentro en algo divino, en su sangre. ¿Y qué significa que mi sufrimiento se hace divino? Significa que da fruto: esta gota de vino que se convierte en la sangre de Jesús, este sufrimiento mío está a punto de ser ofrecido al Padre que ve en el sacrificio de sus hijos Su propio sacrificio. Así es como Dios envía ríos de bendiciones al mundo y por eso la Virgen dice: “Tus sufrimientos se convertirán en gloria”. Esto sólo se puede entender con la Misa. Tus sufrimientos se convierten en gloria, ha dicho: “Cuando sufrís, el Cielo entra en vosotros”.
El triunfo ha comenzado
En Fátima nos ha dicho que el triunfo va a llegar. Pero este triunfo –como explicó Marija Pavlovic en la catedral de Viena- ya ha comenzado. También ha dicho que este triunfo ya ha comenzado en los corazones de algunas personas individualmente: esperemos que todos llevemos dentro este triunfo. La Virgen dijo: “Gracias por vosotros lleváis dentro mi triunfo y algunas personas ya están triunfando”.
Familia
Juan Pablo II creó el Instituto para el Matrimonio y la Familia y le pidió a Caffarra que lo dirigiera. Éste, vista la tarea, escribió a la hermana Lucía de Fátima, que respondió no sólo diciendo “sí, oremos por esto”, sino también que “la última batalla de Satanás contra Dios será sobre la familia y el matrimonio“. Estamos ya en ello. Esto mismo está sucediendo.
Agonía
No sólo la Iglesia está en agonía, sino toda la humanidad. Jesús se dejó arrestar como un niño indefenso. Pero, ¿qué estaba pasando? Se moría. Todos se desesperaban. Se acabó. Sólo había una mujer de pie, esperando, rezando y sufriendo con alegría. Ella vio que, en la cruz, su Hijo estaba llevando a cabo lo que había venido a hacer para la salvación del mundo. Ella lo sabía, en su inmenso dolor se alegraba de que su Hijo estuviera venciendo todo el mal del mundo. Si hoy estamos en agonía, significa que estamos cerca del triunfo, estamos cerca del triunfo del Corazón Inmaculado de María.
“Os preparo para los nuevos tiempos”
Me gusta esa frase. Tenemos un ejemplo de este nuevo tiempo. ¿Qué pasó el 5 de agosto de 1984? Ese día en Medjugorje se celebró el 2000 aniversario de María. Todos, todos se pusieron en fila para confesarse y todos lloraban de alegría por el perdón y la tristeza de haber ofendido a Dios con su pecado. Los sacerdotes también lloraron cuando veían la gracia que estaba cayendo tangiblemente. Se podía tocar la paz. Ese día Satanás fue atado. La Virgen dijo: “Queridos hijos, nunca he llorado de pena como hoy lloro de alegría. Las lágrimas se han convertido en sangre y luego en lágrimas de oro: misterios gozosos, dolorosos y gloriosos”.
El manto de María
Nos protege del demonio, de los ataques que nos hacen la vida imposible. ¿Qué es este manto materno? Lo ha recibido el día de la Anunciación, cuando el ángel le dijo: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti, el poder del Altísimo te cubrirá”, Nuestra Señora está cubierta por el Altísimo, éste es el manto materno desde aquel día. Pero este manto está hecho de Dios mismo, por eso Satanás nunca ha podido penetrar en este manto porque era Dios mismo. Por tanto, todos los que están dentro, están protegidos por la Virgen, pero también podríamos estar fuera de este manto. Si no hacemos lo que Él nos pide, estamos fuera de este manto. Tenemos que vivir los mensajes. Para estar bajo este manto no podemos decir “Madre, no hago esto porque no puedo hacerlo”, como si una madre nos pidiera algo imposible. Nos pide la Misa, el Rosario, el ayuno, la lectura de las Sagradas Escrituras.
Marthe Robin
Había previsto que Dios preparara un nuevo Pentecostés de amor. Decía: llegará un momento en la Iglesia en el que parecerá que no hay nada más que hacer. En cambio, la Virgen prepara pequeños grupos de fervor: pequeños grupos de oración, éste es el futuro de la Iglesia. Ratzinger lo había visto. La Iglesia será pobre, escondida, perseguida, sin poder, pero la autoridad de Jesús está ahí: éste es el futuro de la Iglesia. La Virgen nos invita a crear pequeños grupos de oración, el Espíritu Santo trabaja en el mundo a través de grupos de oración y los grupos de oración están abiertos a la voluntad de Dios. Los únicos fuertes serán ellos: no las parroquias ni las diócesis. Ella cuenta con esto para el triunfo de la Iglesia.