viernes, 17 de agosto de 2012

PENSAMIENTO LITÚRGICO DE BENEDICTO XVI "...La liturgia no es un show, no es un espectáculo que necesite directores geniales y actores de talento. La liturgia no vive de sorpresas “simpáticas”, de ocurrencias “cautivadoras”, sino de repeticiones solemnes. En lugar de esto, la rebelión contra la que se ha llamada ‘vieja rigidez rubricista’, a la que se acusa de ahogar la ‘creatividad’, ha sumergido la liturgia en la vorágine del ‘hazlo como quieras’, y así, poniéndola al nivel de nuestra mediocre estatura, no se ha hecho otra cosa que trivializarla..."

La liturgia no es un show, no es un espectáculo que necesite directores geniales y actores de talento. La liturgia no vive de sorpresas “simpáticas”, de ocurrencias “cautivadoras”, sino de repeticiones solemnes. No debe expresar la actualidad, el momento efímero, sino el misterio de lo Sagrado.

 Muchos han pensado y dicho que la liturgia debe ser hecha por toda la comunidad para que sea verdaderamente suya. Es ésta una visión que ha llevado a medir el “resultado” de la liturgia en términos de eficacia espectacular, de entretenimiento. De este modo se ha dispersado el propium litúrgico, que no proviene de lo que nosotros hacemos, sino del hecho de que aquí acontece. Algo que todos nosotros juntos somos incapaces de hacer. En la liturgia opera una fuerza, un poder que ni siquiera la Iglesia entera puede conferirse: lo que en ella se manifiesta es lo absolutamente. Otro que, a través de la comunidad (la cual no es dueña, sino sierva, mero instrumento), llega hasta nosotros. 

 Para el católico, la liturgia es el hogar común, la fuente misma de su identidad: también por esta razón debe estar ‘predeterminada’ y ser ‘imperturbable’, para que a través del rito se manifieste la Santidad de Dios. En lugar de esto, la rebelión contra la que se ha llamada ‘vieja rigidez rubricista’, a la que se acusa de ahogar la ‘creatividad’, ha sumergido la liturgia en la vorágine del ‘hazlo como quieras’, y así, poniéndola al nivel de nuestra mediocre estatura, no se ha hecho otra cosa que trivializarla”.

 JOSEPH RATZINGER-VITTORIO MESSORI. Informe sobre la fe. BAC Popular, 1985, Madrid. Pág.139

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