viernes, 15 de marzo de 2013

PROFECÍA DE S.S.JUAN XXIII "...Recibirás en tu casa a un santo descalzo (San Francisco el Gran Santo Descalzo). Y harás esperar a los poderosos, que te rezarán sin armas en la mano. El santo hablará también para ti en cada rincón del mundo y he aquí que te cubrirán las blancas flores de toda la tierra. Y te descalzarás, y caminarás con el santo descalzo. Cuando divulgues la palabra de María Santísima se cerrará tu única herida. La madre de la Iglesia será la Madre del mundo. Angel te llamarán. Bendito seas..."


Juan XXIII (1881 - 1963)
En el libro Las Profecías de Juan XXIII escrito por el periodista, Pier Carpi en 1977, se publican una serie de profecías escritas, según el autor, por  Angelo Roncalli, en 1935, antes de ser elegido como Juan XXIII. 

 Esta es la profecía:

Bendito, bendito, bendito seas.

Serán los jóvenes quienes te aclamarán como nuevo Padre de una Madre sonriente. Los hijos de los santos de Milán. Dieciséis te contarán (En Alusión a Benedicto XVI). Te tendrán las manos en alto.

La Virgen María al lado. La Virgen María sacrificada. En sus palabras hallarás la senda. Bendito, bendito, bendito seas. Serás el padre de todos. El camino será difícil al principio. Difícil será caminar por Roma en días de sangre, disipar las nieblas y limpiar los sepulcros.

Dar un nombre sagrado a las cosas sagradas y un nombre profano a las profanas. Recibirás en tu casa (Sucesión con el próximo Papa) a un santo descalzo (En alusión a San Francisco de Asís el Gran Santo Descalzo). Y harás esperar a los poderosos, que te rezarán sin armas en la mano.

El santo hablará también para ti en cada rincón del mundo (Unión de los Dos Papas, uno Emérito y otro en Funciones) y he aquí que te cubrirán las blancas flores de toda la tierra.

Tuyo será el viaje del valor, el gran desafío lanzado al mundo y a su inmundo príncipe.

Opondrás legiones a quien lance soldados contra ti. Y nunca romperás tu palabra.

Y te descalzarás (Llevaría  la insignia del nombre de San Francisco) , y caminarás con el santo descalzo. Cuando divulgues la palabra de María Santísima se cerrará tu única herida. La madre de la Iglesia será la Madre del mundo. Ángel te llamarán. Bendito seas.

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El hombre que llegó de Asís
¿Era éste el mismísimo San Francisco
que rezaba en San Pedro esperando
al Papa Francisco?


Quizá en el futuro se cuente la historia de cómo el mismísimo San Francisco de Asís, el poverello, estuvo rezando, descalzo, bastón, de rodillas, varios días bajo la lluvia,milagrosamente visible el 12 y 13 de marzo de 2013 en la Plaza de San Pedro, y cómo después un Papa hispanoamericano salió al balcón con el nombre, insólito, de Francisco.

Cuando se cuente esto, muchos historiadores lo desdeñarán como leyendas piadosas, "típicas de inicios del siglo XXI". Es evidente que los santos medievales no se aparecen en los Cónclaves. Y si alguien muestra fotos, quizá se desechen con "montajes".

Pero la realidad es que sí había un hombre vestido como Francisco, descalzo como Francisco, humilde y paciente bajo la lluvia como Francisco, estos días en la Plaza de san Pedro. 










Y muchos periodistas le fotografiaron: las fotos que le sacó France Press llegaron a las redacciones de los periódicos. Y algunos periodistas hablaron con él. 

Se llama Massimo Coppo, es italiano, tiene 64 años. Vestía un hábito franciscano de yute, llevaba bastón, un bolso al hombro, y en la Plaza de San Pedro rezaba descalzo y de rodillas bajo la lluvia y el frío. 

Vino caminando desde Asís, a 180 kilómetros
, y aunque no parece que caminara descalzo toda esa ruta, sí tenía los pies hinchados. Rezó y rezó. 

Explicó a los periodistas que quería "un nuevo pontífice para los pobres y que se acerque a ellos, que hable de la eternidad, del infierno y del retorno de Cristo". 

Massimo no es San Francisco, pero sin duda San Francisco puede estar satisfecho de haber sido bien representado.

La Iglesia tiene miles de santos. Y en San Pedro rezaban miles de personas, religiosas de cientos de carismas distintos, devotos de innumerables fundadores y órdenes. 

Pero Massimo hacía que Francisco fuera el más visible. Y el nuevo Papa no se llama Domingo, ni Agustín ni Vicente ni Camilo. Y sin duda los dominicos, agustinos, vicencianos y camilos rezaron por el Papa estos días. Pero a quien se vio en la Plaza con una imagen profética fue a Francisco.

Y Francisco fue Papa. Y el Papa es Francisco.

 

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