jueves, 12 de febrero de 2015

Mensaje de la Virgen María a Manuel Berdumez de Nicaragua "...Mi doloroso e Inmaculado Corazón será un refugio para estos tiempos querido hijo, el más pequeño, y sencillo de Mi Corazón Maternal, hoy quiero Consagrar tu alma, tu mente, tu carne y tu espíritu, a Mi Corazón, querido niño, Mi Corazón desea ardientemente Consagrar al mundo, a Nuestros dos Corazones Unidos, nunca busques refugio fuera de Mi, la Madre de la Iglesia, yo deseo la unidad de Mis hijos, pero en la Una, Santa, Católica y Apostólica Iglesia, en mi querido Pedro, Pedro Pastor de este rebaño. Yo quiero apóstoles y apóstoles de la misericordia, consagrados a Mi Corazón, promoviendo la Misericordia con las obras de caridad, con la oración, con el ayuno, con el sacrificio, pero sobre todo con el amor, diciéndole a los hombres que el Reino de DIOS está en sus corazones, en su interior..."


Mensaje del Doloroso e Inmaculado Corazón de María
15 de Enero del 2015

Mi doloroso e Inmaculado Corazón será un refugio para estos tiempos querido hijo, el más pequeño, y sencillo de Mi Corazón Maternal, hoy quiero Consagrar tu alma, tu mente, tu carne y tu espíritu, a Mi Corazón, querido niño, Mi Corazón desea ardientemente Consagrar al mundo, a Nuestros dos Corazones Unidos, nunca busques refugio fuera de Mi, la Madre de la Iglesia, yo deseo la unidad de Mis hijos, pero en la Una, Santa, Católica y Apostólica Iglesia, en mi querido Pedro, Pedro Pastor de este rebaño. Te muestro Mi Corazón querido hijo, que será vuestro refugio para estos tiempos que se acercan a la creación, a la humanidad. Mi Corazón será vuestro refugio en estos tiempos, será Mi Corazón Doloroso e Inmaculado,  el Arca de Salvación para estos días, acogeos a mi llamado maternal y regresad pronto a sumergiros en la Misericordia del Sagrado Corazón de Mi Hijo Jesús, en quien debéis confiar. Yo quiero apóstoles y apóstoles de la misericordia, consagrados a Mi Corazón, promoviendo la Misericordia con las obras de caridad, con la oración, con el ayuno, con el sacrificio, pero sobre todo con el amor, diciéndole a los hombres que el Reino de DIOS está en sus corazones, en sus interior y deben dejar que la presencia de DIOS en la Santísima Trinidad habite en ustedes, que esa alma reviva, porque le habéis dado muerte con el pecado, como lo hicieron un viernes a la  tarde en Jerusalén. Hijos es el momento de responder y escuchar mis llamados, les ama y bendice María Madre de Misericordia.



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