domingo, 22 de noviembre de 2015

Parisinos se vuelcan a las iglesias católicas tras atentados: Para la misa del mediodía del sábado de la Iglesia de Saint- Denys du Saint Sacrament (cercano al lugar de la masacre), estuvo repleta. Lo mismo se repitió al día siguiente --> (Oseas 5:15 Me iré y volveré a Mi morada. Hasta que reconozcan su culpa y busquen Mi rostro; En su angustia Me buscarán con ansias)



PARÍS, 18 Nov. 15 / 05:10 pm (ACI).- El fin de semana después de los trágicos atentados que han remecido París el pasado 13 de noviembre, miles de fieles se volcaron a las iglesias católicas que abrieron sus puertas para acogerlos y rezar con ellos en estos momentos de dolor.




En las fachadas y rejas de los templos se colocaron afiches con la frase “Pray for Paris” (Oremos por París) y pequeñas pancartas con mensajes de ayuda.
Una de las Iglesias que se sumó a esta iniciativa fue la parroquia de Saint- Denys du Saint Sacrament, que está cerca del teatro Bataclán, en donde fueron asesinadas más de 100 personas.
El Párroco Roger Tardy, y su vicario, P. Maxime Deurbergue, abrieron el templo y recibieron durante buena parte del fin de semana a todos los que quisieran conversar. Lo mismo hizo un grupo de seminaristas de primer y segundo año que acoge la parroquia.
El P. Tardy narró que, incluso, muchos de los visitantes se consolaban con algo sencillo como prender una vela. “Este gesto es una plegaria natural para quienes no saben cómo orar”, dijo el Párroco a Famille Chrétienne.
Durante todo el fin de semana, los transeúntes se unieron a los feligreses e ingresaban al templo para encender una vela o escribían algunas intenciones de oración y mensajes de esperanza en el libro colocado en la entrada de la Iglesia.
En una silla también había dos hojas donde se podía rezar una oración a la Virgen.
Para la misa del mediodía del sábado la Iglesia estuvo repleta. Lo mismo se repitió al día siguiente. Por ello, en la homilía del domingo, el P. Tardy cuestionó: “¿Qué debemos decir? ¿De qué debemos ser testigos?”
“En nuestra carne está el sello de la presencia de Dios. Démosle gracias, nosotros estamos en sus manos. Unas manos que ha sido crucificadas y que han resucitado”, expresó.
Sobre el deseo venganza que podrían sentir algunas personas, el sacerdote pidió levantarse y permanecer de pie manifestando la presencia de Dios y su esperanza en medio del duelo. Añadió que el mejor antídoto para “aquellos que sirven a sus propios intereses es imaginarse que están sirviendo a Dios. Sin caridad no somos nada”, dijo.  

2 comentarios: