Mientras en la Plaza de San Pedro la multitud esperaba al nuevo Papa tras el humo blanco, en Buenos Aires el Senado de la Nación debatía rechazar un referéndum en las Islas Malvinas y tenía la palabra la senadora Liliana Negre de Alonso, quien profundamente emocionada interrumpió la sesión para saludar la elección del que llamó "un hombre que ha dado su vida por la Iglesia".
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