domingo, 19 de mayo de 2013

Mensaje a la Misionara de Jesús "...la batalla comienza desde Europa (persecución cristiana), Roma sera estremecida. La guerra comienza desde Tierra Santa ...Debemos hacer 3 días de ayuno, ademas de orar el Rosario de Liberación ofreciendolo por cada nación..." -Incluye el Rosario de Liberación-



Viernes 17 de Mayo de 2013 - 11:30 pm. 

En oración contemplativa me mostró el Señor: Que la batalla  (persecución cristiana) comienza desde Europa, Roma sera estremecida, muchos Sacerdotes perderán la Fe, la guerra comienza desde Tierra Santa. Mirar a Israel.

Debemos hacer 3 días de ayuno, todos los que puedan y si su salud se lo permite, ademas de orar el Rosario de Liberación ofreciendolo por cada nación, país o lugar.

La Misionara de Jesús (Miami - Florida)


ROSARIO DE LIBERACIÓN:


“Llegan a Jericó. Y al salir de Jericó acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo ( Bartimeo ), un mendigo ciego estaba junto al camino. Al enterarse que era Jesús de Nazareth, se puso a gritar: ¡Hijo de David, Jesús ten compasión de mí! “ ( Mc. 10, 46-47). Jesús se detuvo. El también va a detenerse a fin de atenderte como lo hizo con el ciego Bartimeo.

“Jesús, dirigéndose a él, le dijo: “¿Qué quieres que te haga? “El ciego le respondió: ´Rabboni, ¡Que vea!` Jesús le dijo: `Vete, tu fe te ha salvado´. Y, al instante, recobró la vista y le seguía por el camino”. (Mc 10,51-52) así como Jesús se detuvo al oir la oración – ¡Jesús, ten piedad de mí! – y le preguntó al ciego Bartimeo: “¿Qué quieres que haga?” y el ciego respondió: “¡Que vea!”, Jesús al oír tu oración – ¡Jesús, ten piedad de mí! – , parará y te preguntará: “¿Qué quieres que te haga?” y tú con toda fe, responderás: ¡Jesús, sáname! ¡Jesús. Sálvame! ¡Jesús, libérame!.

ORACIÓN

En tus brazos amorosos Madre Inmaculada confiamos los frutos de este Rosario de la Liberación.

Señor Jesús, queremos alabarte y agradecerte el que Tú, por tu misericordia y piedad, suscitaste esta oración poderosa que produce frutos maravillosos de salud, salvación y liberación en nuestra vida, en nuestra familia y en la vida de las personas por las que oramos. 

¡Gracias, Jesús, por tu infinito amor por nosotros! Padre celestial, nosotros Te amamos, Padre, con toda la confianza de hijos. 

Nosotros nos acercamos a Ti en este momento y clamamos un gran derramamiento de tu Espíritu en nuestro corazón. 

¡Padre! Queremos vaciarnos de nosotros mismos para que el Espíritu Santo pueda venir sobre nosotros. Por eso, delante de la cruz de Jesucristo, renovamos nuestra entrega total e incondicional a Ti. Pedimos perdón de todos nuestros pecados y los colocamos ahora sobre el cuerpo llagado de Jesús. Nosotros nos vaciamos de todas las aflicciones, preocupaciones, angustias y de todo aquello que nos ha quitado la alegría de vivir. Te entregamos nuestro corazón, en nombre de Jesús. 

Padre, colocamos sobre las llagas de Jesús Crucificado todas nuestras enfermedades del cuerpo, del alma y del espíritu; las preocupaciones  con la familia y con el trabajo; los problemas de orden financiero, matrimonial y todas nuestras angustias, incertidumbres y aflicciones. Señor, clamamos el poder  redentor de la Sangre de Jesús. Que esta Sangre venga sobre nosotros ahora para limpiarnos y para purificar nuestro corazón de toda mala conciencia. 

¡Jesús, ten piedad de mí!
¡Jesús ten piedad de nosotros! 

Si, Padre, queremos entregarte nuestras voluntades, flaquezas, miserias y pecados; nuestro corazón, cuerpo, alma y espíritu, en fin todo lo que somos y tenemos: nuestra fe, vida, matrimonio, familia, trabajo, vocación, ministerios. 

¡Llénanos con tu Espíritu, Señor! ¡Llénanos con tu amor, con tu poder y con tu vida!
¡Ven, Espíritu Santo de Dios! ¡Ven en nombre de Jesús! Ven y torna viva dentro de nosotros la Palabra de Dios proclamada a través de la oración del Rosario de la Liberación, y que él opere en cada corazón la gracia de la cura, salvación y liberación, en nombre de Jesucristo Nuestro Señor. Amén. 

ROSARIO DE LA LIBERACIÓN

El Rosario de la Liberación se inicia con el Credo y termina con la oración del Salve

En cada cuenta del Padrenuestro nosotros vamos a proclamar la palabra de Dios”. Si, pues, el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres” (Jn 8,36).

Si, por ejemplo, oro por mì mismo, diré (en cada cuenta en vez del Padrenuestro): Si Jesús me libera, seré verdaderamente libre. Si oro por mi familia, diré: Si Jesús libera a mi familia, mi familia será verdaderamente libre. ¡Se está proclamando la palabra de Dios!

En cada cuenta de las Avemarías, oramos:

¡Jesús, ten piedad de mí! ¡Jesús, sáname! ¡Jesús, sálvame! ¡Jesús, libérame!
Si oras por tu familia, deberás rezar en cada cuenta de las Avemarías: ¡Jesús, ten piedad de mi familia! ¡Jesús, sana a mi familia! ¡Jesús, salva a mi familia! ¡Jesús, libera a mi familia!

Y en cada cuenta del Padrenuestro: Si Jesús libera a mi familia, mi familia será verdaderamente libre.

Si oras por una persona, por ejemplo, José, harás de la siguiente forma:
En cada cuenta del Padrenuestro: Si Jesús libera a José, José será verdaderamente libre.

En cada cuenta de las Avemarías: ¡Jesús, ten piedad de José! ¡Jesús, sana a José! ¡Jesús, salva a José! ¡Jesús, libera a José!

Después de rezar el Rosario de la Liberación completo, agradece a Jesús por las bendiciones que Él está derramando sobre ti, sobre aquellos por quienes estás intercediendo.

Oremos:

Señor Jesús, te pedimos perdón por todos nuestros pecados. Pedimos además, en tu nombre, a Dios Padre, que El envíe el Espíritu Santo, derramando en nuestro corazón el don de proclamar tu Palabra, con mucha fe y confianza, a través del Rosario de la Liberación. Te pedimos, Jesús, que por tu poder se manifieste en nuestra vida, que Tú realices milagros y prodigios a través de esta poderosísima oración de fe que no es otra cosa sino la proclamación de tu Palabra.

Amen. ¡Aleluya!

No hay comentarios:

Publicar un comentario