Jueves 2 de enero de 2014
“Los Falsos Profetas”
(Lectura de la tercera Epístola de San Judas 1: 1–13)
“Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago, a los llamados, amados en Dios Padre y conservados para Jesucristo: la misericordia, la paz y la caridad abunden más y más para vosotros.
Amados míos, poniendo toda mi diligencia en escribiros acerca de nuestra común salvación, sentí la necesidad de dirigiros esta carta para exhortaros a combatir por la fe, transmitida una vez para siempre a los santos. Porque se han filtrado ciertos hombres impíos ya de antiguo designados a esta condenación, que cambian en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan al único Señor nuestro, Jesucristo.
Pero quiero recordaros, aunque ya lo sepáis todo, que el Señor, después de haber salvado al pueblo de la tierra de Egipto, exterminó luego a los que no creyeron; y a los ángeles que no mantuvieron su dignidad, antes abandonaron su propia morada, los reservó atados con cadenas eternas entre tinieblas para el juicio del gran día; así también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, habiéndose entregado, como éstos, a la lujuria y sumidos en vicios contra naturaleza, están presentes como ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.
De modo semejante también éstos, en su loco desvarío, manchan la carne, no reconocen la autoridad, ultrajan a las dignidades. El arcángel Miguel, cuando, altercando con el diablo, le disputaba el cuerpo de Moisés, no osó pronunciar contra él una sentencia contumeliosa, sino únicamente dijo. –‘Que el Señor te reprenda.’ Pero éstos, blasfeman de lo que ignoran, y en lo que naturalmente saben, como los animales irracionales, en eso se corrompen. ¡Ay de ellos!, porque anduvieron por el camino de Caín y por esperanza de lucro se precipitaron en los extravíos de Balaam, y perecieron en la sublevación de Coreh.
Éstos son los que mancillan vuestros ágapes, cuando banquetean con vosotros sin recato hombres que se apacientan a sí mismos, nubes sin agua que se llevan los vientos, árboles de otoño sin frutos, dos veces muertos, desarraigados; olas bravías del mar, que echan las espumas de sus torpezas; astros errantes a los cuales está reservada eternamente la lobreguez de las tinieblas.”
Queridos amigos:
Para recibir el Año Nuevo tuvimos un día lindo pero frío. El sol brilló casi todo el día. Espero que todos hayáis tenido un día lindo.
(A continuación encontraréis el mensaje de Nuestro Señor y Salvador entregado al Padre Melvin. Jesús le habló con estas palabras:)
“Estad alertas, Mi hermano Melvin y todos Mis hermanos, porque el maligno está siempre al acecho tratando de atraparos. Desea llevaros por otros caminos, y no por el camino que Yo quiero que sigáis. Una de las tentaciones de hoy son las drogas. ¡Cuántos jóvenes y no tan jóvenes son atrapados por las drogas! Algunos caen en un pozo a raíz de este hábito terrible. Quiero que salgan de ese pozo y estoy listo para ayudarlos. Sé que los padres están rezando por aquellos hijos que están atrapados en esta esclavitud. A raíz de su oración han ayudado a muchos a salir de esto y a seguirme. Otros han sido atrapados por el alcohol, se han transformado en adictos y ellos también necesitan mucha ayuda. Rezad, amigos, por todos los que están en estas adicciones terribles. Soy el único que puede ayudarlos.
Algunos también desean llevaros a lo oculto o a grupos similares. Tened cuidado y nunca vayáis con ellos. Permaneced unidos estrechamente a Mí: os protegeré y os daré la ayuda que necesitáis. Os amo y os bendigo.”
Padre Melvin
Pequeño Santuario de Nuestra Señora de la Isla del Príncipe Eduardo
Sitio Web: www.ourladyofpei.com
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