miércoles, 23 de febrero de 2011

Mensaje a Luz de María "Nuestra Madre nos invita a ser lámparas con aceite nuevo...Del firmamento desciende una gran señal a la humanidad, crean en lo que miran, no permitan ser confundidos, crean en lo que miran..."

MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
A SU HIJA AMADA LUZ DE MARÍA

20 DE FEBRERO DE 2011

 

 

Amados de Mi Corazón Inmaculado:

 

UNIDOS EN UNA SOLA FAMILIA,

CONTINÚEN LLEVANDO EL MENSAJE DE CONVERSIÓN A SUS HERMANOS.

 

Les amo. De Mi Corazón fluyen la fe, la fraternidad, la donación. Es así que de estos dones, daré a cada uno de Mis hijos. Mantengan la confianza en Mi Hijo.

 

La humanidad agota su fuerza en lo mundano. El espíritu se torna débil ante el asecho de lo pasajero, dando paso al mal extraviando al hombre.

 

La tierra agitada muestra sus entrañas.

 

El  mundanal ruido esconde a aquellos  que cambian a Dios por falsos ídolos.

 

La humanidad será abatida por lo creado, el llanto asomará sin dar tregua.

 

Llega la oscuridad sin que hayan agradecido la luz del sol, ni el brillo de las estrellas. Del firmamento desciende una gran señal a la humanidad, crean en lo que miran, no permitan ser confundidos, crean en lo que miran.

 

El fuego asoma de la tierra.

Del agua sale el llanto, oren por Jamaica.

 

Amados Míos, ablanden el corazón. Este debe latir al compás del Amor Divino, y desterrar lo mundano. Sean el detente en este instante en que el mal avanza apresuradamente sobre la humanidad, sean quienes atraigan el bien.

 

Mis hijos. Oren por Rusia.

Oren por Japón.

 

Amados: no desatiendan Mis llamados, una Madre alerta a Sus hijos por Amor.

 

Ya mirarán levantarse a la Iglesia, levantarse sobre su purificación y deslumbrar con su pureza a quienes la han socavado, amenazado, perseguido y contaminado. Yo no abandono a los Míos, les cubro con Mi Manto, les defiendo, les auxilio, les conduzco de Mi Mano hacia Mi Hijo. Unidos levantarán al Nuevo Pueblo. El Espíritu Santo vendrá sobre corazones purificados y en tierra fértil sembrará Sus dones. El infierno cerrará sus puertas por gran tiempo. Antes de este nuevo amanecer de la Iglesia, será pulida hasta que no quede en Ella imperfección.

 

Hijos, en este instante, la lluvia desea limpiar el pecado, esa es su meta. En este instante el sol no permite que la semilla germine, su meta es evaporar el pecado que existe sobre la tierra. 

 

Las mentes inocentes se han debilitado ante una tecnología que innova hasta la muerte. La Creación busca mentes puras, en su incesante deseo de salvar al hombre; hace brotar de las entrañas de la tierra su fuerza, llevando a esta a girar sobre sí misma.

 

Oren por Cuba, sufrirá.

 

Amadísimos de Mi Corazón: la salvación permanece igual para todos.

 

AQUÍ ESTOY CON MI MANO EXTENDIDA; TÓMENLA.

 

NO TEMAN.

LA MANO PODEROSA DE LA TRINIDAD SACROSANTA CUBRE A CADA UNO DE SUS HIJOS.

NO TEMAN.

 

Les bendigo, vengan a Mi Corazón.

 

Les amo, hijos.

Mamá María.

 

 

AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.

AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.

AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.

 


COMENTARIO DEL INSTRUMENTO SOBRE EL MENSAJE

 

Hermanos (as):

 

SOMOS UN PUEBLO QUE CAMINA. MAS NO A CIEGAS, SINO DE LA MANO DIVINA.

SOMOS IGLESIA QUE PEREGRINA. MAS NO SOLA, SINO DE LA MANO DE LA MADRE SANTÍSIMA.

CAMINAMOS, PERO NO SOLOS. PEREGRINAMOS, PERO NO SOLOS.

 

La humanidad se debate entre el bien y el mal. Pero… se le da toda la ventaja al mal y éste día a día toma terreno y avanza sin compasión.

 

La Iglesia es alertada nuevamente. Los detractores de ella se alían, para allanar la aparición del anticristo.

 

El Cosmos mira en silencio los acontecimientos que el hombre produce con libre albedrío. El Cosmos se admira ante el actuar humano.

 

Nuevos cataclismos azotan a una humanidad pasiva, indiferente. A una humanidad ensombrecida por la autosuficiencia. A una humanidad empañada por el mal.  A una humanidad convulsa que se agita hasta levantarse en armas.

 

Nuestra Madre nos invita a ser lámparas con aceite nuevo.

 

MANTENGAMOS LA FE, NO DECLINEMOS;

MAMÁ MARÍA NOS CONDUCE A LA TIERRA PROMETIDA.

 

Amén.

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