El fuerte llamado del Pontífice a buscar
las vías de la paz en Siria y la condena del uso de las armas químicas
GIACOMO
GALEAZZI
CIUDAD DEL
VATICANO
"¡Nunca más la guerra!", tronó
Francisco y la multitud en la plaza San Pedro acogió su grito de paz como una
liberación. Todos pensaron en Siria. "El uso de la violencia nunca lleva a
la paz: la guerra llama a la guerra, la violencia llama a la violencia",
subrayó el Papa durante el Ángelus, en el que invitó a las partes en conflicto
que vive Siria a "no encerrarse en los propios intereses", sino a
"emprender con valentía y decisión la vía del encuentro y de la
negociación, superando la contraposición ciega". Es "con particular
firmeza que condeno el uso de las armas químicas: "Todavía tengo, tristes,
en la mente y en el corazón las terribles imágenes de los días pasados",
afirmo Bergoglio: "Hay un juicio de Dios y de la historia a nuestras
acciones, al cual no se puede huir".
Un fuerte llamado a la paz en Siria y en
el Medio Oriente. "Vivo con particular sufrimiento y preocupación las
muchas situaciones de conflicto que hay en nuestra tierra -explicó Francisco.
Pero en estos días, mi corazón está profundamente herido por lo que está
sucediendo en Siria y angustiado por el dramático desarrollo que se perfila.
Dirijo un fuerte llamado por la paz. ¡Cuánto sufrimiento, cuánta devastación,
cuánto dolor ha acarreado y provoca el uso de las armas en ese devastado
país!".
Por ello, el Pontífice invitó a
"unirse, de la manera que consideren más oportuna los hermanos cristianos
no católicos y los que pertenecen a las demás religiones", pues, anunció,
"He decidido convocar para toda la Iglesia el próximo 7 de septiembre,
víspera de la Natividad de María, Reina de la Paz, una jornada de ayuno y de
oración por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero". De
las 19 a las 24 horas del próximo sábado, el Papa invitó a quien quiera unirse
en oración (con espíritu de penitencia) e invocar "de Dios este gran don
para la amada nación siria". Porque "la humanidad necesita ver gestos
de paz".
En San Pedro, pues, se renueva el vínculo
entre el "párroco del mundo" y sus fieles, que cada domingo acuden a
escuchar el Ángelus. En la plaza llena de fieles desde las primeras horas de la
mañana, se alternan explosiones de alegría colectiva y momentos de silencio y
oración. Un diálogo franco, fuera de cualquier protocolo: se respira una
sintonía especial entre el Papa del "fin del mundo" y la multitud que
se reconoce en su lenguaje directo y profundo. "Cada palabra de Francisco
llega al corazón de las personas -comentó a pocos metros del Portón de Bronce
Alessio Angelini, de 36 años y que llegó el viernes a Roma en un peregrinaje
con su gruò parroquial. Esperemos que los potentes de la tierra escuchen su
llamado a la paz. También en la elección de sus colaboradores, el Pontífice
sigue un criterio de renovación y de servicio a la fe, que está trayendo un
aire nuevo al Vaticano. Estoy muy contento del nombramiento como Secretario de
Estado de un sacerdote humilde como Parolin, definido por su párroco en Véneto
como 'un hijo del pueblo'. Francisco no nos desilusiona nunca".
Francisco pide que "todas las
Iglesias locales organicen un acto litúrgico según esta intención y también la
invitación para unirse a esta iniciativa, de la forma que consideren más
oportuna los hermanos de las demás religiones y los no creyentes". Al
final del Ángelus, el Papa pidió a María ayuda "para responder a la
violencia, al conflicto y a la guerra, Usted es Madre, ayúdenos a encontrar la
paz". Es el grito que dice con fuerza: "Queremos un mundo de paz,
queremos ser hombres y mujeres de paz; queremos que en nuestra sociedad
destrizada por divisiones y por conflictos, explote la paz".
"¡Nunca más la guerra!", tronó
Francisco y la multitud en la plaza San Pedro acogió su grito de paz como una
liberación. Todos pensaron en Siria. "El uso de la violencia nunca lleva a
la paz: la guerra llama a la guerra, la violencia llama a la violencia",
subrayó el Papa durante el Ángelus, en el que invitó a las partes en conflicto
que vive Siria a "no encerrarse en los propios intereses", sino a
"emprender con valentía y decisión la vía del encuentro y de la
negociación, superando la contraposición ciega". Es "con particular
firmeza que condeno el uso de las armas químicas: "Todavía tengo, tristes,
en la mente y en el corazón las terribles imágenes de los días pasados",
afirmo Bergoglio: "Hay un juicio de Dios y de la historia a nuestras
acciones, al cual no se puede huir".
Ayuno y oracion por Siria. Jueves 07 de septiembre.
ResponderEliminarOracion por todos.....
EliminarSeñores de Uncioncatolica, Maria de la Divina MIsericordia es verdadera. Ahora ustedes no quieren ver la verdad, pero ya llega el tiempo en que sea innegable. No le crean al falso profeta, Papa Francisco.
ResponderEliminarCREO QUE TIENES RAZÓN HERMANO. PERO NO PEOR CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER.
ResponderEliminarUmmm ... quienes son los ciegos ... los que alardean por que dicen que ven ... o los que guardan silencio porque de verdad ven lo que no ven los que dicen que si ven ...
ResponderEliminarNo hay peor ciego que el que no quiere ver,esta claro????
EliminarOracion y ayuno!
ResponderEliminarSi no quieren unirse...no estorben!