Visión y Proposito



Nuestra visión y propósito, en perfecta obediencia al mandato de Jesús Nuestro Señor de "DISCERNIR LOS SIGNOS Y SEÑALES DE LOS TIEMPOS", es el difundir los Mensajes que para este tiempo final, Dios Padre esta recordando y explicitando a su Iglesia y al mundo a través de sus dos Ungidos y Testigos, es decir, los CORAZONES UNIDOS Y TRIUNFANTES DE JESÚS Y MARÍA, y así poder contribuir con su plan en el llamado y preparación de los DISCÍPULOS DEL FIN DE LOS TIEMPOS.


En cuanto a las Revelaciones y Profecías Privadas, que se publica en este Blog, en virtud de la derogación de los cánones 1399 y 2318 del Código de Derecho Canónico y de la vigencia del Decreto del Papa Urbano VIII, SOLO AL SANTO MAGISTERIO DE LA IGLESIA CATÓLICA, APOSTÓLICA Y ROMANA le corresponde determinar sus AUTENTICIDAD Y CARÁCTER SOBRENATURAL, a cuya decisión final dócilmente nos sometemos, sin olvidar, a San Pablo que nos exhorta: " No despreciéis las profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno" 1ra. de Tesalonicenses 5;20 y San Juan Evangelista que nos profetiza: " Pero cuando EL, el Espíritu de la verdad, venga, os guiará a toda la verdad,...... y os hará saber lo que habrá de venir." Jn 16;13.

Sin embargo, ya que, la Iglesia no objeta en principio el difundir estas revelaciones privadas, mientras se las estudia por su contenido y frutos, esperamos que no se las busque por la sola satisfacción de la curiosidad, sino por un deseo VERDADERO DE CONVERSIÓN Y SALVACIÓN para el Alma, traducido en la realización de obras de Misericordia Concretas.

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viernes, 30 de noviembre de 2018

(Artículo de Reflexión) ¿ Cómo mantener tu fidelidad a Dios, cuando has caído de nuevo ? La vida tiene eso, retrocesos que asustan. He cambiado y sigo siendo el mismo. En ese punto en el que parezco volver al origen. Y me asombro de mí mismo cuando siento, cuando sufro, cuando sigo siendo el mismo. ¿No había pasado ya aquello que ahora me turba?


Me dicen que tengo que ser más maduro. Que no puede ser que salga con esas inmadureces en el momento menos pensado. Que ya tengo años sobre mis espaldas y no puedo vivir como si fuera un niño.

Me dicen que la vida es exigente y que cumplir años no es nunca sinónimo de madurez. Que el crecimiento es lento. Más de lo que yo pensaba. De dentro hacia fuera. Con altibajos y retrocesos.

A veces me sorprendo sintiendo lo que sentía un día, siendo más joven. Y me turbo, me desconcierto. ¿No había madurado ya? Parece ser que no lo suficiente.

La vida tiene eso, retrocesos que asustan. He cambiado y sigo siendo el mismo. En ese punto en el que parezco volver al origen. Cuando era más niño, más inmaduro y adolecía de tantas cosas.

Pero ahora, pasados los años, ¿cómo es posible? ¿Sigo siendo el mismo inmaduro de entonces? ¿O se trata de la vida no vivida? Esa vida que sofoqué un día buscando altas cumbres. Y tapé entre sábanas queriendo olvidar mis instintos, mis tensiones, mis pasiones, mis heridas.

Olvidarme de quién era para ser distinto… ¿Pero no tenía claro que sólo si me aceptaba en mi verdad podría madurar en lo más hondo?
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Yo me fijo en las apariencias de los otros. En los rasgos sublimados. Anhelo el cielo reflejado en la carne herida.

Y me asombro de mí mismo cuando siento, cuando sufro, cuando sigo siendo el mismo. ¿No había pasado ya aquello que ahora me turba?

Vuelve de nuevo. Sigo siendo el de entonces. Había soñado con ideales tan altos. Sublimes. Blancos. Había imaginado la victoria final sobre todas mis debilidades. Era un ascenso lineal hasta la cumbre. Sin caídas.

Pero ahora veo que tropiezo y caigo. Retrocedo. Me veo cayendo metros abajo. Con lo bien que estaba soñando alturas. Y de nuevo la carne, y el barro.

No quiero negar la fragilidad de mis luchas. La inconsistencia de mis decisiones. La vaguedad de mi anhelo profesional.

Toco casi las estrellas con las manos. Y luego soy capaz de lo más sórdido, de lo más mundano. ¿Cómo pueden convivir en mí tantos extremos?

Me impresiona lo blando de mi ánimo. Me levanto dispuesto a cambiar mi historia, la de muchos. Y no lo logro. No sé si es que estoy centrado demasiado en mí mismo.

“Cuanto más maduros seamos tanto más tenemos que eliminar la búsqueda consciente y directa de cobijamiento y descanso. Así es, si buscamos a Dios desinteresadamente, el descanso, la felicidad y el cobijamiento surgirán espontáneamente”[1].

Dejo de pensar en mí. No soy el centro. Tendré que buscar a Dios desinteresadamente. Me parece imposible.

Si siempre lo busco para tener paz. Si lo persigo para que me regale su amor misericordioso. Si lo deseo apara descansar en sus brazos y notar el latido de su corazón pegado a mis entrañas.

Si lo que quiero es echar raíces en su interior para que desaparezca de mi vida esa sensación cruel de desarraigo y de abandono.

La palabra resuena en mi interior. Buscarlo desinteresadamente. Yo que soy la persona más interesada que conozco. Quiero el bien para otros. Pero sé que me busco a mí mismo tan a menudo en mis actos aparentemente más altruistas. Que la apariencia no me engañe.

Dios quiere que me descentre. Para que Él nazca y sea mi centro. Me dice el padre José Kentenich que “el ideal es y sigue siendo la filialidad madura, depurada. Esta se abre a lo alto, a Dios, sin reservas ni condiciones; pero, hacia los lados, guarda celosamente su secreto; es fuente sellada, es jardín cerrado. Si la filialidad para con Dios mantiene una apertura sin reservas, el Espíritu Santo no sólo descenderá al alma filial por esa puerta abierta, sino que calará hasta en sus más recónditos entresijos”[2].

Estoy llamado a ser hijo. Tal vez eso es lo que más me sana por dentro. A mí que estoy tan roto y necesitado.

Desinterés en mi entrega. Desinterés en mi amor generoso. Desde las raíces más hondas. Sólo así será posible. Un jardín cerrado mi alma. Abierto hacia Dios. Guardado frente a los hombres.

Sólo así aprenderé a crecer. Con inmadureces. Con retrocesos. Con caídas. Pero espero que desde dentro. Desde mi verdad. Desde el lugar en el que Dios viene a hacer su morada. La cueva de pastores. La gruta escondida. Por donde voy y vengo.

Quisiera tener paz. Digo que para darla. O felicidad. Para compartirla. Sigo estando yo siempre en el centro. Y no me descentro buscando a Dios desinteresadamente.

¡Cuánto me falta para crecer desde dentro! ¡Qué lejos me queda esa meta que sueño, que anhelo, que dibujo en el cielo!

[1] J. Kentenich, Niños ante Dios

[2] Kentenich Reader Tomo 3: Seguir al profeta, Peter Locher, Jonathan Niehaus

Fuente: Aletea.org

jueves, 29 de noviembre de 2018

En el inicio de la Novena a la Inmaculada Concepción, te compartimos este importante mensaje dado para los Apóstoles de los Últimos Tiempos "...Habéis sido escogidos por Mí y llamados a formar parte de mi ejército victorioso. Formáis parte de Mi propiedad. Tengo un gran designio sobre vosotros. Éste es mi designio, os ha sido revelado en cada detalle..." (Incluye Novena de la Inmaculada Concepción)


“Hoy celebráis la memoria litúrgica de mi Corazón Inmaculado.
Es vuestra fiesta, mis predilectos e hijos a Mí consagrados.
Habéis sido escogidos por Mí y llamados a formar parte de mi ejército victorioso.
Formáis parte de Mi propiedad.
Tengo un gran designio sobre vosotros.
Éste es mi designio, os ha sido revelado en cada detalle.
Ahora debe ser manifestado a la Iglesia y a la humanidad en todo su esplendor, porque estos son los tiempos de vuestra madurez y de vuestro testimonio público.
Mostraos a todos como mis consagrados, como los Apóstoles de los últimos tiempos.
Como Apóstoles de los últimos tiempos, debéis anunciar con valentía a todas las verdades de la fe católica, proclamar con fuerza el Evangelio, desenmascarar con decisión las herejías peligrosas, que se disfrazan de verdades para engañar mejor las mentes y de este modo alejar de la verdadera fe a un gran número de hijos míos.
Como Apóstoles de los últimos tiempos, debéis oponeros con la fuerza de los pequeños, a la soberbia fuerza de los grandes y de los doctos, quienes, seducidos por una falsa ciencia y por la vanagloria, han desgarrado el Evangelio de Jesús, proponiendo de él una interpretación racional, humana y totalmente equivocada. Han llegado los tiempos predichos por san Pablo, en los que, muchos anuncian unas doctrinas falsas y peregrinas y así la gente corre detrás de estas fábulas y se aleja de la verdad del Evangelio.
Como Apóstoles de los últimos tiempos, debéis seguir a Jesús por el camino del desprecio del mundo y de vosotros mismos, por el camino de la humildad, de la oración de la pobreza, del silencio, de la mortificación, de la caridad de una unión más profunda con Dios.
Sois desconocidos y despreciados por el mundo y por los que os rodean, con frecuencia sois obstaculizados, marginados y perseguidos, porque este sufrimiento es necesario a la fecundidad de vuestra misma misión.
Como Apóstoles de los últimos tiempos, ahora debéis iluminar la tierra con la Luz de Cristo.
Mostraos a todos como hijos míos, porque Yo estoy siempre con vosotros.
Que la fe sea la Luz que os ilumine, en estos días de apostasía y de gran oscuridad, y que sólo os consuma el celo por la gloria de mi hijo Jesús, en estos tiempos de una tan gran infidelidad.
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Como Apóstoles de los últimos tiempos, os corresponde a vosotros la misión de realizar la segunda evangelización tan pedida por mi Papa Juan Pablo II
Evangelizad la Iglesia, que se ha alejado del Espíritu de Cristo y se ha dejado seducir por el espíritu del mundo, que ha penetrado profundamente en ella y la ha invadido totalmente.
Evangelizad la humanidad, que se ha vuelto pagana después de casi dos mil años desde el primer anuncio del Evangelio.
Evangelizad a todos los hombres, que se han convertido en víctimas de los errores, del mal, del pecado y se dejan arrastrar por el viento impetuoso de todas las falsas ideologías.
Evangelizad los pueblos y las naciones de la tierra, inmersos en la tiniebla de la negación práctica de Dios, mientras se postran ante el culto del placer, del dinero, de la fuerza, del orgullo, de la impureza.
Han llegado vuestros tiempos y Yo os he formado en estos años para que podáis dar ahora vuestro fuerte testimonio de discípulos fieles de Jesús, hasta derramar vuestra propia sangre.
Cuando desde todas las partes de la tierra, todos vosotros, mis pequeños hijos, deis este testimonio de APÓSTOLES DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS, entonces Mi Corazón Inmaculado tendrá su mayor triunfo.”

Tomado del libro:
A los Sacerdotes hijos predilectos de la Santísima Virgen. Santiago (República Dominicana), 8 de diciembre de 1994. Fiesta de la Inmaculada Concepcion.



Imprimátur:
-Mons. G. Ramiro Valdés Sánchez. arzobispado de Guadalajara, 12 de agosto del 2011.
-Mons. Bernardino. arzobispo emérito de Guayaquil, San Marino, 29 de junio de 1995.
-Cardenal Sandoval, arzobispo de Guadalajara, 5 de enero del 2011.
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Imágen ( Triptico para impresión) 
Novena de la Inmaculada Concepción:



martes, 27 de noviembre de 2018

¿Cómo la Virgen ayudó a Mister Gay Italia a dejar la homosexualidad y casarse? Luca di Tolve ganó el Mister Gay en Italia en los años 90, pero experimentó un dramático cambio de vida con la ayuda de la Virgen María. Su historia la plasmó en el libro “Yo fui gay”


Luca di Tolve ganó el Mister Gay en Italia en los años 90, pero experimentó un dramático cambio de vida con la ayuda de la Virgen María. Su historia la plasmó en el libro “Yo fui gay”.

En entrevista concedida a ACI Prensa en el 2017, Luca di Tolve recordó que tuvo una infancia muy dura.

“Mis padres siempre discutían y después de un tiempo se separaron. Mi madre me crió solo y cuando ella llegaba tarde del trabajo yo me quedaba con una familia vecina que todas eran niñas y que criticaban a mi padre porque se había desentendido de nosotros”, precisa.

“Yo no tuve ese modelo masculino del que fijarme y de hecho crecí con odio hacia mi padre por la situación en la que nos encontrábamos mi madre y yo. No podía jugar al fútbol con mis compañeros porque no sabía cómo hacerlo”, recuerda.

En la adolescencia comenzó a sentir una atracción por su compañero de clase.
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“Él era el más alto, el más fuerte, el más atlético, el más inteligente… Y veía en él todo lo que yo quería ser y me empezó a gustar. Mi madre se preocupó porque por la noche yo decía su nombre y me llevó al psicólogo. Éste le dijo que yo era homosexual y que ella tenía que aprender a quererme así. Pero nadie me había preguntado por la razón de esa atracción, por qué tenía esa tendencia o dónde tenía el origen”, cuenta Luca di Tolve.

A los 16 o 17 años, Luca se hizo amigo de un chico de una escuela cercana que también era gay y que le introdujo en las discotecas y ambientes para homosexuales. 

“En ese ambiente intentaba recuperarme de todo el sufrimiento que había pasado en el colegio y me contrataron en la discoteca para bailar. Me pagaban unos 150 euros que para un chico tan joven era muchísimo dinero”, relata a ACI Prensa.

Después se presentó al primer certamen de Mister Gay Italia y lo ganó.

“Mi ambición era ser alguien famoso, conocido. Vivía en la calle más cara de Milán, iba a los desfiles y conocí a Dolce Gabanna, a Gianni Versace, a todos los diseñadores de moda. Yo iba de vacaciones a Cerdeña al barco de un amigo y al lado estaba Madonna y otros famosos”.

Depresión y conversión

En una vida de desenfreno, uno de sus novios murió de sida.

“Entonces tenía 25 años y varios amigos murieron de sida, también mi novio. Antes de morir le regalé una pequeña imagen de la Virgen, quizás por tradición, y sus últimas palabras fueron: ¿por qué me tiene que pasar esto a mi? Después de su muerte me agarré a las cosas del mundo, iba al gimnasio, salía muchísimo de fiesta, pero comencé a entrar en una depresión porque no encontraba la paz”, aseguró Luca.

Después de un viaje comenzó a sentirse mal y estuvo un mes en el hospital, ahí le diagnosticaron que era seropositivo, es decir, portador del VIH y que había que darse prisa con el tratamiento para no desarrollar la enfermedad.

“Ahí entendí que no hay nada en el mundo que te pueda ayudar a afrontar la muerte. Se me empezó a caer el pelo, la piel la tenía muy mal… y eso para un joven narcisista como yo era doblemente terrible”.

Sumido en una profunda depresión, cuando peor estaba, Luca vio un Rosario y una imagen de la Virgen que tenía en casa como decoración.

“Ahí pensé que la Virgen existe de verdad y con esa consciencia recé el rosario y pasó algo inimaginable. Caí de rodillas y comencé a sentir una paz profunda como jamás había sentido, era el amor de la Virgen que con los brazos abiertos me animaba a seguir adelante. Lloré muchísimo y, desde entonces, solo escuchaba Radio María porque quería rezar todos los Rosarios que pudiera para volver a sentir esa paz”, contó.

Encontró la fuerza para salir de casa e ir a confesarse a una iglesia cercana.

“En la confesión me di cuenta de que justificaba todo lo que había hecho, como ser prostituto, por el dolor que tenía dentro”, recuerda.

Después de volver a la fe, Luca continuaba teniendo atracción hacia el mismo sexo, pero encontró al grupo internacional Living Waters que ayuda a personas en esa situación.

“Pensé que no perdía nada por intentarlo y la Virgen me había dicho que siguiera adelante”, dijo.

Tras un camino que duró más de un año y medio, Luca un día descubrió que ya no sentía ninguna atracción hacia los hombres.

“Había ido a pasar el día a la playa con mis amigos del grupo, llevaba horas hablando con uno y con otro. Y en ese momento me di cuenta que en una situación que antes me habría excitado, ahora no sentía nada, ya no me atraían”, narró.

Una familia

Luca viajó a Medjugorje con su parroquia y allí pidió a la Virgen que le encontrara una mujer para formar una familia. Tuvo una relación fallida con una compañera de trabajo y en un verano decidió volver a ese santuario mariano donde se celebraba un festival de jóvenes.

“Allí conocí a una chica que venía en el mismo grupo que yo, era preciosa, comenzamos a hablar y conectamos muchísimo. Empezamos a salir y le conté la verdad, todo lo que había sido mi vida porque quería ser sincero con ella. Me sorprendió muchísimo porque ella me contestó con muchísima dulzura: ‘No me importa lo que eras antes, sino lo que eres ahora. Si tú eres sincero y quieres vivir así, vayamos adelante’”, contó a ACI Prensa.

Dos años después esa joven y Luca se casaron.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) señalan que una “carga viral indetectable” de VIH “reduce la posibilidad de transmitir el virus” a una pareja sexual y “es bueno para la salud general de una persona VIH positiva”. Esta baja carga viral se puede alcanzar tomando diariamente los medicamentos contra el VIH y siguiendo el tratamiento adecuado.

Tras años sin tener hijos, la esposa de Luca quedó embarazada y tuvo una niña. Según explica a ACI Prensa, su objetivo es “que quien quiera recibir ayuda en su atracción hacia el mismo sexo pueda hacerlo libremente. Yo lo hice y soy muy feliz, querría que quien estuviera en la misma situación pudiera elegir con libertad”.

Luca y su esposa fundaron el grupo Lot Regina della Pace en el que se dedican a ayudar a otras personas que sufren heridas y dependencias a nivel emotivo, relacional, de identidad sexual, de abuso y violencia y que tienen dificultad para tener relaciones buenas y sanas con los demás.

Fuente Aci Prenda (Católica)

EN EL AÑO 1830 COMENZO LA ERA DE MARÍA --> Celebración de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, Francia (27 de noviembre). Mensaje de la Virgen a Sor Catalina Labore "...Los tiempos son muy calamitosos ...Venid a los pies de este altar, donde se prodigaran gracias a todos los que las pidan con fervor; a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres. Deseo derramar gracias sobre tu comunidad; lo deseo ardientemente ...Haz que se acuñe una medalla según este modelo. Todos cuantos la lleven puesta recibirán grandes gracias. Las gracias serán mas abundantes para los que la lleven con confianza..."

En 1830 tiene lugar en París la primera aparición moderna de la Virgen Santísima. Comienza lo que Pío XII llamó la “era de María”, una etapa de repetidas visitaciones celestiales. Entre otras: La Salette, Lourdes, Fátima …

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La Virgen se apareció en París a Santa Catalina Labouré para darnos dos mensajes: El primero, decirnos que fue concebida sin pecado, INMACULADA. El segundo, para regalarnos su tercera arma de Madre, su MEDALLA MILAGROSA. Las dos primeras armas eran el Rosario y el Escapulario.

Las apariciones de Nuestra Señora a Santa Catalina Labouré, marcaron el inicio de un ciclo de grandes revelaciones marianas: La Salette (1846), Lourdes (1858) y Fátima (1917)…
“La Señora de la Gruta se me ha aparecido tal como está representada en la Medalla Milagrosa”, declaró Santa Bernardita, que la llevaba al cuello.
La invocación “Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos”, difundida por todas partes por la Medalla Milagrosa, contribuyó notablemente a crear un clima de fervor generalizado relacionado con el privilegio mariano de la Inmaculada Concepción. Ese clima favoreció que el Papa Pío IX definiera solemnemente ese dogma en 1854. Cuatro años más tarde, la aparición de Nuestra Señora en Lourdes confirmaba de manera inesperada la definición de Roma.
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También hay una íntima relación entre la Medalla Milagrosa y Fátima.Un mes antes de morir, en 1876, Santa Catalina Labouré anunció grandes catástrofes, pero aseguró que por medio de la Virgen se alcanzaría la salvación y la paz. Del mismo modo, el 13 de julio de 1917, Nuestra Señora de Fátima, después de anunciar terribles castigos como consecuencia de los pecados de la humanidad, prometió: “Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará”.
LA MILAGROSA MENSAJESDEDIOSALMUNDO.BLOGSPOT

LOS SUEÑOS DE CATALINA

Catalina nació el 2 de mayo de 1806, en Fain-les-Moutiers, Borgoña (Francia).
Entró a la vida religiosa con la Hijas de la Caridad el 22 de enero de 1830 y después de tres meses de postulantado, 21 de abril, fue trasladada al noviciado de París, en la Rue du Bac 140.
Cierto día Catalina tuvo un sueño extraño. Se veía en la Iglesia de Fain-les-Moutiers, en su lugar acostumbrado, mientras un sacerdote desconocido celebraba la misa de una mirada suave y profunda que le dice: “es bueno, hija mía visitar a los enfermos. Hoy, usted se me escapa: pero, un día vendrá hacia mí. Sepa que Dios tiene designios sobre usted. No lo olvide”.
Ya en París, cuando llega a la casa de las Hermanas de la Caridad de la Rue de Bac: un anciano sacerdote la mira con bondad, era el Padre San Vicente de Paul, su fundador.
Cuando trasladaron los restos de San Vicente de Paul a la nueva iglesia de los Padres Paules oyó interiormente una voz: el corazón de San Vicente está profundamente afligido por los males que van a venir sobre Francia”.
La misma voz añadió un poco mas tarde: “El corazón de San Vicente está mas consolado por haber obtenido de Dios, a través de la intercesión de la Santísima Virgen María, el que ninguna de las dos congregaciones perezca en medio de estas desgracias, sino que Dios hará uso de ellas para reanimar la fe”.


Durante los 9 meses de su noviciado en la Rue du Bac, sor Catalina tuvo también la gracia especial de ver todos los días al Señor en el Santísimo Sacramento.

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LA VIRGEN SE LE APARECE

El domingo 18 de Julio 1930, víspera de la fiesta de San Vicente de Paúl, les habían distribuido a cada una un pedacito de lienzo de un roquete del santo. Catalina se lo tragó y se durmió pensando que S. Vicente, junto con su ángel de la guarda, le obtendrían esa misma noche la gracia de ver a la Virgen como era su deseo.
Cerca de las 11:30 PM oyó que por tres veces la llamaban por su nombre. Se despertó y apartando un poco las cortinas de su cama miro del lado que venia la voz y vio entonces un niño vestido de blanco, que parecía tener como cuatro o cinco años, y el cual le dijo: “Levántate pronto y ven a la capilla; la Santísima Virgen te espera”.
Sor Catalina vacila; teme ser notada de las otras novicias; pero el niño responde a su preocupación interior y le dice: “No temas; son las 11;30 p.m.; todas duermen muy bien. Ven yo te aguardo”.


Ella no se detiene ya ni un momento; se viste con presteza y se pone a disposición de su misterioso guía, “que permanecía en pie sin separarse de la columna de su lecho.”

Vestida Sor Catalina, el niño comienza a andar, y ella lo sigue marchando a “su lado izquierdo”. Por donde quiera que pasaban las luces se encendían. El cuerpo del niño irradiaba vivos resplandores y a su paso todo quedaba iluminado.
Al llegar a la puerta de la capilla la encuentra cerrada; pero el niño toca la puerta con su dedito y aquella se abrió al instante.
Dice Catalina: “Mi sorpresa fue mas completa cuando, al entrar a la capilla, vi encendidas todas las velas y los cirios, lo que me recordaba la Misa de media noche”.
El niño la llevó al presbiterio, junto al sillón destinado al P. Director, donde solía predicar a las Hijas de la Caridad, y allí se puso de rodillas, y el niño permaneció de pie todo el tiempo al lado derecho. La espera le pareció muy larga, ya que con ansia deseaba ver a la Virgen. Miraba ella con cierta inquietud hacia la tribuna derecha, por si las hermanas de vela, que solían detenerse para hacer un acto e adoración, la veían.
Por fin llego la hora deseada, y el niño le dijo: “Ved aquí a la Virgen, vedla aquí”.
Sor Catalina oyó como un rumor, como el roce de un traje de seda, que partía del lado de la tribuna, junto al cuadro de San José. Vio que una señora de extremada belleza, atravesaba majestuosamente el presbiterio, “fue a sentarse en un sillón sobre las gradas del altar mayor, al lado del Evangelio”.
Sor Catalina en el fondo de su corazón dudaba si verdaderamente estaba o no en presencia de la Reina de los Cielos, pero el niño le dijo: “Mira a la Virgen“. Le era casi imposible describir lo que experimentaba en aquel instante, lo que paso dentro de ella, y le parecía que no veía a la Santísima Virgen.
Entonces el niño le habló, no como niño, sino como el hombre mas enérgico y palabras muy fuertes: “¿Por ventura no puede la Reina de los Cielos aparecerse a una pobre criatura mortal en la forma que mas le agrade?”.


Entonces, mirando a la Virgen, me puse en un instante a su lado, me arrodille en el presbiterio, con las manos apoyadas en las rodillas de la Santísima Virgen. “Allí pasé los momentos más dulces de mi vida; me sería imposible decir lo que sentí”.

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INSTRUCCIONES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

Fueron muchas las confidencias que Sor Catalina recibió de los labios de María Santísima, pero jamas podremos conocerlas todas, porque respecto a algunas de ellas, le fue impuesto el mas absoluto secreto.
Luego continuó diciéndole:
Dios quiere confiarte una misión; te costara trabajo, pero lo vencerás pensando que lo haces para la gloria de Dios. Tu conocerás cuan bueno es Dios. Tendrás que sufrir hasta que los digas a tu director. No te faltaran contradicciones; mas te asistirá la gracia; no temas. Háblale a tu director con confianza y sencillez; ten confianza no temas. Veras ciertas cosas; díselas. Recibirás inspiraciones en la oración.

Los tiempos son muy calamitosos. Han de llover desgracias sobre Francia. El trono será derribado. El mundo entero se verá afligido por calamidades de todas clases (al decir esto la Virgen estaba muy triste).

Venid a los pies de este altar, donde se prodigaran gracias a todos los que las pidan con fervor; a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres.
Deseo derramar gracias sobre tu comunidad; lo deseo ardientemente. Me causa dolor el que haya grandes abusos en la observancia, el que no se cumplan las reglas, el que haya tanta relajación en ambas comunidades a pesar de que hay almas grandes en ellas.
Díselo al que esta encargado de ti, aunque no sea el superior. Pronto será puesto al frente de la comunidad. El deberá hacer cuanto pueda para restablecer el vigor de la regla. Cuando esto suceda otra comunidad se unirá a las de ustedes.
Vendrá un momento en que el peligro será grande; se creerá todo perdido; entonces yo estaré contigo, ten confianza. Reconocerás mi visita y la protección de Dios y de San Vicente sobre las dos comunidades..
Mas no será lo mismo en otras comunidades, en ellas habrá víctimas… (lagrimas en los ojos). El clero de París tendrá muchas víctimas. Morirá el señor Arzobispo.
Hija mía, será despreciada la cruz, y el Corazón de mi Hijo será otra vez traspasado; correrá la sangre por las calles ( la Virgen no podía hablar del dolor, las palabras se anudaban en su garganta; semblante pálido). El mundo entero se entristecerá. Ella piensa: ¿Cuándo ocurrirá esto? y una voz interior asegura: Cuarenta años y diez y después la paz.

La Virgen, después de estar con ella unas dos horas, desaparece de la vista de Sor Catalina como una sombra que se desvanece.
La misión de Dios pronto le fue indicada con la revelación de la medalla milagrosa.
Una semana después de esta aparición estallaba la revolución. Los revoltosos ocupaban las calles de París, saqueos, asesinatos, y finalmente era destronado Carlos X, sustituido por el “rey ciudadano” Luis Felipe I, gran maestro de la masonería. El P. Aladel (director) es nombrado en 1846 Director de las Hijas de la Caridad, establece la observancia de la regla y hacia la década del 60 otra comunidad femenina se une a las Hijas de la Caridad. En 1870 (a los 40 años) llegó el momento del gran peligro, con los horrores de la Comuna y el fusilamiento del Arzobispo Mons. Darboy y otros muchos sacerdotes.
En cuanto a la Inmaculada Concepción, fue declarado dogma de fe 24 años después, en 1854, por el Papa Pío IX; y en Lourdes la Virgen se apareció 4 años después, en 1858, diciendo “Yo soy la Inmaculada Concepción”.
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APARICIÓN DEL 27 DE NOVIEMBRE DEL 1830

La tarde el 27 de Noviembre de 1830, sábado víspera del primer domingo de Adviento, en la capilla, estaba Sor Catalina haciendo su meditación aparece la Virgen Santísima, vestida de blanco con mangas largas y túnica cerrada hasta el cuello. Cubría su cabeza un velo blanco que sin ocultar su figura caía por ambos lados hasta los pies. Cuando quiso describir su rostro solo acertó a decir que era la Virgen María en su mayor belleza.
Sus pies posaban sobre un globo blanco, del que únicamente se veía la parte superior, y aplastaban una serpiente verde con pintas amarillas. Sus manos elevadas a la altura del corazón sostenían otro globo pequeño de oro, coronado por una crucecita.
La Stma. Virgen mantenía una actitud suplicante, como ofreciendo el globo. A veces miraba al cielo y a veces a la tierra. De pronto sus dedos se llenaron de anillos adornados con piedras preciosas que brillaban y derramaban su luz en todas direcciones, circundándola en este momento de tal claridad, que no era posible verla.
Tenia tres anillos en cada dedo; el mas grueso junto a la mano; uno de tamaño mediano en el medio, y uno mas pequeño, en la extremidad. De las piedras preciosas de los anillos salían los rayos, que se alargaban hacia abajo; llenaban toda la parte baja.
Mientras Sor Catalina contemplaba a la Virgen, ella la miró y dijo a su corazón:
Este globo que ves (a los pies de la Virgen) representa al mundo entero, especialmente Francia y a cada alma en particular. Estos rayos simbolizan las gracias que yo derramo sobre los que las piden. Las perlas que no emiten rayos son las gracias de las almas que no piden.
Con estas palabras La Virgen se da a conocer como la mediadora de las gracias que nos vienen de Jesucristo. El globo de oro (la riqueza de gracias) se desvaneció de entre las manos de la Virgen. Sus brazos se extendieron abiertos, mientras los rayos de luz seguían cayendo sobre el globo blanco de sus pies.

LA MEDALLA MILAGROSA

En este momento se apareció una forma ovalada en torno a la Virgen y en el borde interior apareció escrita la siguiente invocación: “María sin pecado concebida, ruega por nosotros, que acudimos a ti”.

Estas palabras formaban un semicírculo que comenzaba a la altura de la mano derecha, pasaba por encima de la cabeza de la Santísima Virgen, terminando a la altura de la mano izquierda.
Oyó de nuevo la voz en su interior: “Haz que se acuñe una medalla según este modelo. Todos cuantos la lleven puesta recibirán grandes gracias. Las gracias serán mas abundantes para los que la lleven con confianza”.
La aparición, entonces, dio media vuelta y quedo formado en el mismo lugar el reverso de la medalla. En el aparecía una M, sobre la cual había una cruz descansando sobre una barra, la cual atravesaba la letra hasta un tercio de su altura, y debajo los corazones de Jesús y de María, de los cuales el primero estaba circundado de una corona de espinas, y el segundo traspasado por una espada. En torno había doce estrellas.
La misma aparición se repitió, con las mismas circunstancias, hacia el fin de diciembre de 1830 y a principios de enero de 1831. La Virgen dijo a Catalina: “En adelante, ya no veras, hija mía; pero oirás mi voz en la oración”.


Un día que Sor Catalina estaba inquieta por no saber que inscripción poner en el reverso de la medalla, durante la oración, la Virgen le dijo:“La M y los dos corazones son bastante elocuentes”.

SÍMBOLOS DE LA MEDALLA Y MENSAJE ESPIRITUAL

En el Anverso:

-María aplastando la cabeza de la serpiente que esta sobre el mundo. Ella, la Inmaculada, tiene todo poder en virtud de su gracia para triunfar sobre Satanás.

-El color de su vestuario y las doce estrellas sobre su cabeza: la mujer del Apocalipsis, vestida del sol.

-Sus manos extendidas, transmitiendo rayos de gracia, señal de su misión de madre y mediadora de las gracias que derrama sobre el mundo y a quienes pidan.
-Jaculatoria: dogma de la Inmaculada Concepción (antes de la definición dogmática de 1854). Misión de intercesión, confiar y recurrir a la Madre.
-El globo bajo sus pies: Reina del cielos y tierra.
-El globo en sus manos: el mundo ofrecido a Jesús por sus manos.

En el reverso:

-La cruz: el misterio de redención, precio que pagó Cristo; obediencia, sacrificio, entrega

-La M: símbolo de María y de su maternidad espiritual.

-La barra: es una letra del alfabeto griego, “yota” o I, que es monograma del nombre, Jesús.
Agrupados ellos: La Madre de Jesucristo Crucificado, el Salvador.

-Las doce estrellas: signo de la Iglesia que Cristo funda sobre los apóstoles y que nace en el Calvario de su corazón traspasado.

-Los dos corazones: la corredención. Unidad indisoluble. Futura devoción a los dos y su reinado.
catalina laboure

EL NOMBRE DE LA MEDALLA

La Medalla se llamaba originalmente: “de la Inmaculada Concepción”, pero al expandirse la devoción y haber tantos milagros concedidos a través de ella, se le llamó popularmente “La Medalla Milagrosa”.
La Medalla organizó un gran alboroto en todo el mundo con tantos reportes de maravillas y gracias recibidas, pero nadie supo que la Virgen la había dado a través de Santa Catalina, hasta después de muerta; solo lo sabía su confesor, ni siquiera las hermanas del convento nunca supieron nada de sus apariciones.
El día 30 de junio las Hermanas de la Caridad reciben las primeras 1.500 medallas que inmediatamente comienzan a distribuir… y los enfermos se curan. “¡La medalla es milagrosa!” –exclaman a una voz. La noticia se difunde, y la medalla y los milagros también. De ahí proviene el nombre con el que se la conoce hasta hoy.
A la vista de tantos hechos fuera de lo común el Arzobispo de París, Mons. Jacinto de Quélen –quien había autorizado acuñar la Medalla y obtenido para sí mismo una gracia extraordinaria– mandó hacer una investigación oficial sobre el origen y los hechos relacionados con la portentosa insignia. He aquí sus conclusiones:
“La rapidez extraordinaria con la cual esta medalla se ha propagado, el número prodigioso de medallas que han sido acuñadas y distribuidas, los hechos maravillosos y las gracias singulares que los fieles han obtenido confiando en ella, parecen verdaderamente los signos por los cuales el Cielo ha querido confirmar la realidad de las apariciones, la veracidad del relato de la vidente y la difusión de la medalla”.
Por otra parte, en Roma, en 1846, como consecuencia de la súbita y resonante conversión de un ilustre judío, Alfonso Ratisbone –que presenta notables analogías con la del apóstol San Pablo en el camino a Damasco– el Papa Gregorio XVI confirmaba con su autoridad las conclusiones del Arzobispo de París.
Posteriormente, en 1876, año de la muerte de Santa Catalina Labouré, más de mil millones de Medallas Milagrosas ya derramaban sus gracias por el mundo.
Casi veinte años después, en 1894, la Santa Iglesia instituyó la fiesta litúrgica de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, fijando la celebración el día 27 de noviembre.
A los 56 años de muerta fue abierto el feretro y se pudo ver su cuerpo incorrupto. El cuerpo fue trasladado entonces a la calle de Bac. Catalina Labouré fue canonizada el 27 de Julio de 1947, por Pío XII.
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