En estos cursos ha llamado la atención la cantidad de participantes provenientes de todo el mundo, y no necesariamente de países europeos o de Estados Unidos. Muchos de ellos eran filipinos, indios, nigerianos o coreanos, así como de otras muchas nacionalidades.
Nuevos focos de atención
Pero además, en este curso ha tenido una atención central aspectos que hasta ahora eran más secundarios. De este modo, se ha creado un apartado sobre la brujería en África y otras prácticas oscuras que causan gran dolor en estos países.
El analista religioso John Allen ha valorado en Crux este hecho como muestra de cómo el foco de la Iglesia se va a ir desplazando poco a poco de Europa y Estados Unidos. El catolicismo sigue creciendo y suma 1.300 millones, pero lo hace en África y Asia. En Europa y Estados Unidos disminuye, mientras que en América Latina la Iglesia sufre una sangría hacia grupos protestantes.
La fuerza de África y Asia
África y Asia son en estos momentos el futuro de la Iglesia y sus desafíos pastorales empiezan a ser relevantes para el conjunto de la Iglesia. Y la lucha contra Satanás es uno de ellos.
El profesor Giuseppe Ferrari, miembro del Grupo de Investigación en Información Sociorreligioso, ha participado en este curso donde asegura que han tratado “el tema del secuestro y asesinato de niños para el sacrificio ritual, relacionado con la brujería, y que tiene como objetivo obtener ciertos favores”.
Este es un asunto muy poco frecuente en Europa, que puede darse por inmigrantes llegados de estos países o por alguna secta, pero bastante más común en África, donde sí es un verdadero problema.
Musulmanes piden ayuda a los sacerdotes
En los turnos de preguntas, un sacerdote indio que presta sus servicios actualmente en Dubai, explicó: “Muchos musulmanes vienen a nosotros, incluso los que tienen una alta formación. Dicen: ‘Padre, alguien me ha hecho magia negra, ¿puede rezar por mí y sacar al diablo?’”.
“¿Cuál es la mejor manera de ayudar a esta gente? Muchos vienen del Líbano también con problemas similares”, explicó este religioso indio. El cardenal Simoni, albanés que estuvo 28 años preso por los comunistas, le respondió que el exorcismo es para todos, sin distinciones de religión y que “la gracia del Espíritu Santo redime a todos”.
Del mismo modo, en estos lugares donde el cristianismo está creciendo más, la brujería lleva ya siendo años una preocupación grande. Los curanderos que supuestamente alejan espíritus malignos o curan enfermedades son bastante comunes en África, e incluso ha habido sacerdotes que han adoptado estas prácticas mezclándolas con su ministerio, lo que ha obligado a intervenir a obispos de distintos países.
La importancia de afrontar los desafíos
Mientras que en el norte, es decir, Europa y Estados Unidos, la espiritualidad New Age es lo que más afecta a los católicos, en el sur la magia y la brujería son realmente consideradas como muy reales y demoníacas, por lo que la respuesta por parte de la Iglesia debe ser contundente y eficaz.
En un simposio organizado hace unos años por la Universidad Católica de África Oriental, los expertos advirtieron que la brujería estaba “destruyendo” a la Iglesia en África, en parte porque había muchos sacerdotes escépticos y formados en Occidente que no estaban respondiendo de manera adecuada.
“Es importante que la Iglesia comprenda los temores de la gente. La brujería es una realidad, no es superstición”, alertaba Michael Katola, profesor de Teología Pastoral, que agregaba que las respuestas pastorales inadecuadas estaban provocando que muchos fieles abandonasen la Iglesia.
La intervención en el congreso del cardenal albanés, Ernest Simoni, fue una de las que más interés despertó
En el congreso que se ha celebrado en Roma también se habló de los rituales satánicos, actividades esotéricas y poderes ocultos de algunas terapias y alternativas energéticas como el reiki. Además, se ofrecieron claves sobre cómo entender los signos de las posesiones y se explicó con detalle paso a paso el rito del exorcismo.
La intervención del cardenal Simoni
Una de las conferencias que más repercusión ha tenido en el congreso es la del albanés, Ernest Simoni, que fue creado cardenal por Francisco, y que de sus 90 años, 28 los pasó en cárceles comunistas. El purpurado dijo que los exorcistas son sólo “herramientas” de Jesús para liberar a personas y que es “Él quien sana”.
Sin embargo, lo que más ha trascendido han sido sus palabras en las que dijo que llevaba décadas realizando exorcismos y que ahora “hago de cuatro a cinco exorcismos al día con mi teléfono móvil”.
El cardenal, que no habla bien italiano sino que prefiere el latín, realizó estas palabras. Sin embargo, los organizadores del curso las han explicado bien asegurando que se tratan de oraciones de liberación y que “el exorcismo, es obviamente hecho en persona”.
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