Clic en la Imagen para OÍR "El Poder del Santo Rosario - El Martillo que Aplasta a Satanás (1era. Parte)"
El Santo Rosario es tan poderoso que desarma a satanás. Cambia los corazones tibios en corazones ardientes por el Amor de Jesucristo.
El poder del Santo Rosario es la oración mas poderosa después del Santa Eucaristía “La Santa Misa”. En todas las apariciones, La Santísima Virgen Maria pide el rezo del Santo Rosario porque a través de esta oración la Santísima Virgen nos acompaña a rezar a Dios Padre y estamos reviviendo la vida de Jesucristo Nuestro Señor. La Santísima Virgen dice: “El Santo Rosario es tan poderoso como una bomba nuclear; pero en construcción”.
La Santísima Virgen Revelo a una devota, que cuando se reza el Santo Rosario con devoción, el cielo se abre y se derraman las gracias sobre las personas que lo están rezando. Esta le pregunto: qué pasa si durante el rezo hay una o más personas que no rezan con devoción, no se derraman las gracias igual? La Santísima Virgen le contesto:
"Las personas que están rezando sin devoción es como si se pusieran un paraguas rechazando las gracias, mientras que aquellos que rezan con devoción las reciben con plenitud."
El Santo Rosario se debe rezar pausadamente, recemos con amor, recordemos que los Misterios son la descripción grafica de la vida de nuestro Señor Jesucristo.
Durante el rezo del Padrenuestro estamos Santificando al Padre Celestial y proclamando su Reino. En las Ave Marías, estamos recordándole a Maria Santísima la Anunciación del Verbo Divino y Santificando a Jesús en su Vientre Virginal. Durante el “Santa Maria” le estamos hacienda una súplica. En el Gloria, estamos glorificando a la Santísima Trinidad.
Recen con amor el Santo Rosario de preferencia en familia y verán como se cumplen las quince promesas que la Virgen hizo a Santo Domingo de Guzman.
Las 15 promesas que hizo la Santísima Virgen María
Las 15 promesas que la virgen Santísima hizo a santo Domingo de Guzmán a favor de los devotos del Santo Rosario:
1. El que me sirva constantemente, recitando mi Rosario, recibirá una gracia especial.
2. A cuantos recen devotamente el Rosario, les prometo mi singular protección y grandes favores.
3. El Rosario será un arma potentísima contra el infierno, destruirá los vicios, disipara el pecado y abatirá la herejía.
4. El Rosario hará florecer la virtud y la santidad, atraerá sobre las almas copiosas misericordias de Dios, retraerá el corazón de los hombres del vano amor del mundo, para llevarlo al amor de Dios y encenderlo en el deseo de las cosas eternas. Oh cuantas almas se santificarán por esta devotion!
5. El que a Mi se encomienda por medio del Rosario, no perecerá.
6. Todo el que rece devotamente el Santo Rosario, con la consideración de los Sagrados misterios, no será oprimido de la desgracia sino que se convertirá si es pecador, se conservara en gracia si es justo y se hará digno de la vida eterna.
7. Los verdaderos devotos de mi Rosario, no morirán sin sacramentos.
8. Quiero que los que recen mi Rosario, tengan en vida y en la hora de la muerte la plenitud de las gracias, y sean admitidos a participar de los meritos de los bienaventurados del Paraíso.
9. A los devotos de mi Rosario yo los librare del purgatorio el mismo día de su muerte.
10. Los verdaderos hijos de mi Rosario gozaran gran gloria en el cielo.
11. Todo lo que pidas por mi Rosario lo alcanzaras.
12. Los que propagan mi Rosario serán socorridos por Mí en toda necesidad.
13. He obtenido de mi Divino Hijo que los miembros de la Cofradía del Rosario puedan obtener por hermanos a toda la corte celestial, en vida y después de la muerte.
14. Los que rezan mi Rosario son mis hijos y hermanos de Jesucristo, mi Hijo Unigénito.
15. La devoción a mi Rosario es una señal de predestinación.
Afirma, su Santidad Juan Pablo II sobre el Santo Rosario
Su Santidad Juan Pablo II, en su Carta apostólica del 16 de Octubre del ano 2002, dijo sobre el Santo Rosario:
“Esta oración ha tenido un puesto importante en mi vida espiritual desde mis años jóvenes. El Rosario me ha acompañado en los momentos de alegría y en los de tribulación. A él he confiado tantas preocupaciones y en él siempre he encontrado Consuelo."
El Papa, el día de su 24 aniversario como Sumo Pontífice, 16 de Octubre, 2002, nos presenta su maravillosa carta apostólica sobre el rosario en la que agrega 5 misterios, llamados "luminosos". Es la primera reforma al rosario desde que Santo Domingo lo introdujo. Hace hincapié sobre la actualidad e importancia de rezar el rosario.
Los nuevos misterios luminosos de la vida pública de Jesucristo:
1- Su bautismo en el Jordán, (cf. Mt 3, 17 par)
2- Su autorevelación en las bodas de Caná, (cf. Jn 2, 1-12)
3- Su Anuncio del Reino de Dios, invitando a la conversión, (cf. Lc9,35)
4- Su Transfiguración, (cf. Mc 1, 15)
5- Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual. (cf. Mc 2. 3-13; Lc 47-48)
Todo el misterio de Cristo es luz. Él es «la luz del mundo» (Jn 8, 12). El Papa nos ofrece la meditación de la vida de Jesucristo para que con El brillemos en este mundo tan necesitado de Su luz. ¡Gracias Santo Padre! ¡Le llevamos en nuestras oraciones y en nuestro corazón!
Además el Papa declaró un Año del Rosario: de Octubre
2002 - Octubre 2003.
María, el poder de su nombre
Ricardo de San Lorenzo dice: "que no hay ayuda más poderosa en ningún nombre, ni hay ningún otro nombre dado a los hombres, después, del de Jesús, desde el cual se brinde tanta salvación a los hombres como desde el nombre de María."
Continúa diciendo "que la invocación con devoción de este dulce y sagrado nombre conduce a la adquisición de gracias superabundantes en esta vida y un muy alto estado de gloria en la próxima."
Luego del muy sagrado nombre de Jesús, el nombre de María es tan rico en bondades, que no hay otra forma de que las almas devotas reciban tanta gracia, esperanza y ternura el la tierra y en el cielo.
Por eso Ricardo de San Lorenzo "invita a los pecadores a servirse de este gran nombre," porque esto sólo bastará para curarlos de todos los males y "no hay trastorno, por malo que sea, que no se someta inmediatamente al poder del nombre de María.
El beato Raimundo Jordano dice: "que no importa lo endurecido y falto de confianza que pueda estar un corazón, el nombre de esta Bendita Virgen tiene tanta eficacia que con tan sólo pronunciarlo ese corazón de ablandará maravillosamente."
Además se sabe muy bien y lo experimentan dia a dia los seguidores de María, que su nombre poderoso tiene la fortaleza particular que se necesita para superar las tentaciones contra la pureza.
En suma, "Tu nombre, oh Madre de Dios, está lleno de gracias y bendiciones divinas." como dice San Metodio. Tanto es así que San Buenaventura declara, "que tu nombre, Oh María, no puede pronunciarse sin traer alguna gracia a aquel que lo hace con devoción.. . . permitenos, oh Señora, que a menudo podamos acordamos de nombrarte con amor y confianza; ya que esta práctica muestra la posesión de la gratia divina, o bien es una petición para que la recobremos pronto.
Por otro lado, Tomas a Kempis afirma: "que los demonios temen a la Reina del cielo a tal punto que sólo con oír pronunciar su gran nombre, huyen de la persona que lo dice como si se tratara del fuego ardiente."
La misma Virgen Bendita reveló a Santa Brigida "que no hay pecador en la tierra, por más apartado que pueda estar del amor de Dios, del cual el demonio no esté inmediatamente obligado a huir, si se invoca su sagrado nombre con la determinación de arrepentirse."
En otra ocasión repititó lo mismo al santo, diciendo "que todos los demonios veneran y temen su nombre hasta tal punto que al oirlo inmediatamente arrojan las garras con las cuales sujetan al alma cautiva." Nuestra Señora Bendita también le dijo a Santa Brigida "que del mismo modo que los ángeles rebeldes huyen de los pecadores que invocan el nombre de María, los ángeles buenos se aproximan a las almas justas que pronuncian su nombre con devoción."
Promesas
Las promesas de ayuda que hizo Jesucristo son un verdadero consuelo para aquellos que tienen devoción por el nombre de María; porque un dia según lo oyó Santa Brigida, El prometió a Su santisma Madre que concederia tres gracias especiales a quienes invocaran ese nombre sagrado con confianza:
Primera, que El les concedería la contrición perfecta por sus pecados.
Segunda, que sus pecados serian expiados y tercero, que El les daría la fortaleza para alcanzar la perfección y a la larga, la gloria del paraiso.
Tercera, y luego nuestro Divino Salvador agregó "porque tus palabras, Oh Madre Mia, son tan dulces y agradables para Mi, que no puedo negarte lo que me pides."
San Efren llega a decir "que el nombre de María es la llave de las puertas del cielo" en las manos de aquellos que la invocan con devoción.
Y por eso no es casualidad que San Buenaventura diga "que María es la salvación de todos los que recurren a ella."
"¡Oh Dulcisimo Nombre! Oh María, quién serás Tú que tu nombre sólo es tan amable y lleno de gracia," exclama el beato Enrique Suso.
Déjanos por lo tanto, aprovechar siempre los hermosos consejos que nos da San Bernardo en estas palabras:
"En los peligros, en las perplejidades, en los casos dudosos, piensa en María, recurre a María, no dejes que abandone tus labios; no dejes que se aparte de tu corazón."
Los Nombres de Jesús y María
Cuando haya peligro de perder la gracia divina, debemos pensar en María invocar su nombre junto con el de Jesús; PORQUE ESOS DOS NOMBRES SIEMPRE VAN JUNTOS. Oh, entonces nunca permitamos que esos dos nombres tan dulces abandonen nuestro corazón o se alejen de nuestros labios, porque nos darán la fortaleza, no sólo para no dejarnos vencer, sino también para conquistar todas nuestras tentaciones.
"La invocación de los nombres sagrados de Jesús y María," dice Tomas a Kempis, "es una oración breve que es tan dulce para la mente como poderosa para proteger a aquellos que la usan contra los enemigos de su salvación, así como también es fácil de recordar."
La hora de la muerte
Así vemos que el santísimo nombre de María es tan dulce para sus sequidores durante la vida, debido a las abundantes gracias que Ella les consigue. Pero será aún más dulce para ellos en la muerte debido al final tranquilo y santo que les asegurará.
Permítenos entonces, devoto lector, que le roguemos a Dios nos conceda que en la muerte, el nombre de María sea la última palabra en nuestros labios.
Esta fue la oración de San Germano; "Que el último movimiento de mi lengua sea para pronunciar el nombre de la Madre de Dios;" qué dulce, qué segura es aquella muerte que está acompañada y protegida por la pronunciación de este nombre; ya que Dios sólo concede la gracia de invocarlo a aquellos a quienes El está por salvar.
El Padre Sertorio Caputo, de la compañia de Jesús, exhortó a todos aquellos a punto de morir a que pronuncien el nombre de María frecuentemente; porque este nombre de vida y esperanza, cuando se repite a la hora de la muerte es suficiente para hacer huir a los demonios y para confortar a dichas personas en su sufrimiento.
Bendito sea el hombre que ama Tu nombre, María," exclama San Buenaventura. "¡Si, verdaderamente bendito es aquel que ama tu dulce nombre, Oh Madre de Dios! Ya que" continúa diciendo, "tu nombre es tan glorioso y admirable que nadie que lo recuerda tiene temor alguno a la hora de la muerte." Tal es su poder, que ninguno de aquellos que lo invocan a la hora de la muerte temen los ataques de sus enemigos.
San Camilo de Lellis instó a los miembros de su comunidad a recordarles a aquellos que están por morir que pronuncien a menudo los santos nombres de Jesús y María. Según era su costumbre al asistir a personas que estaban en su última hora.
Oh, que podamos terminar nuestras vidas como lo hizo el Padre Capuchino, Fulgencio de Ascoli, quien expiró cantando, "¡Oh María, Oh María, la más bella de las criaturas! Permitenos ir juntos."
Permitenos concluir con la tierna oración de San Buenaventura: "Te Pido a Ti, oh María, por la gloria de tu nombre, que vengas y Te reúnas con mi alma cuando se vaya de este mundo y la lleves en tus brazos."
Ave María
Autor: P. Antonio Rivero LC | Fuente: Catholic.net
El saludo del Ángel a la Santísima Virgen
Se trata de la bellísima salutación del Ave María, repetida centenares de veces por todos los devotos de la Virgen, sobre todo durante el rezo del Santo Rosario.
Y sabemos que esta plegaria tiene dos partes.
La primera parte:
Eetá formada por las palabras del ángel de la anunciación: “Ave, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc. 1,28) , a los que se han agregado las que pronunció Santa Isabel al recibir la visita de su prima María: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre” (Lc. 1,42) . La Iglesia ha añadido el nombre de “María” al principio y el de “Jesús” al final.
¡Es un himno de sublime alabanza, absolutamente desinteresado, pues no se le pide nada a María!
La segunda parte:
Comenzó a aparecer en la Iglesia en el siglo XIV, pero su uso no se hizo universal hasta que San Pío V, al promulgar el Breviario Romano en 1568, mandó que se rezase:
“Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”
Una alabanza y una súplica sentida y humilde.
• Ave: ¡Dios té salve! ¡La paz sea contigo! Así saludaba Cristo a los suyos.
Hoy correspondería en lenguaje cristiano a estas expresiones populares y devotas: “Dios le guarde, buenos días nos dé Dios, vaya con Dios, quede con Dios, adiós” Es tener presente a Dios en todo, estar bajo su mirada y providencia.
• María: la más bella música que han podido formar cinco letras (Pemán). Es una palabra dulcísima, la más tierna y entrañable para un cristiano.
María significa: “Señora”, “Belleza”, “Estrella del mar”, con todo lo que significa “Estrella”: guía, amparo, refugio, esperanza, consuelo, socorro. María es Estrella.
Así como la Estrella guía al navegante al puerto, así María nos guía al cielo.
Así como la estrella da aliento y esperanza, así María nos da fuerza.
Así como la estrella en medio de la tempestad consuela, así María nos alegra en nuestras luchas.
La Virgen es nuestra Estrella del mar, que disipa las nubes de los engaños y errores con que nos seduce el demonio.
Por eso, el nombre de “María” debemos tenerlo frecuentemente en los labios y en el corazón.
También María significa “Mar amargo”, por la inmensidad de sus penas en la pasión de Su Hijo, por la ingratitud de los pecadores, por la tristeza de su condenación.
• Llena de gracias: significa abundancia, posesión, permanencia, estado. Llena de gracias en el alma, para obrar de gracia, es decir, de santidad, llena de gracia porque fue habitada por Dios.
• El Señor es contigo: indica la presencia de Dios activa y eficaz para la misión encomendada. Esta presencia llena de gozo y alegría. Dios está con Ella. Está invadida de Dios.
• Bendita tú entre las mujeres: por ser la Madre de Dios, escogida y preferida... por ser madre y virgen, única entre todas las mujeres... por ser concebida sin pecado original... por ser más santa que todas las mujeres santas del mundo. Por eso, sólo a ella le han levantado en toso el mundo altares, templos y ermitas.
• Y bendito el fruto de tu vientre: es Jesús ese fruto. Es un fruto hermoso, sabroso, suculento, suave. Quien lo come quedará saciado. El fruto que nos ofreció Eva fue un fruto de muerte. María nos ofrece el fruto de la Salvación. La fragancia de este bendito fruto, viene exhalada en la Eucaristía.
• Jesús: palabra que añadió la Iglesia al final de la 1° parte del Ave María Jesús significa la salvación de Jahvé.
• Santa María, Madre de Dios: Así comienza la 2° parte. Santa, Santa porque cumplió fidelisimamente la voluntad de Dios en todo. Ser santos, para eso vinimos a la tierra. Y es Madre de Dios, no madre de un serafín o de un querubín. Madre del Soberano Dios.
• Ruega por nosotros: que estamos desterrados en este valle de lágrimas... que somos pecadores... que estamos tentados.
• Pecadores: somos pecadores, lo contrario que ella. Pecamos con los ojos, por inmodestia; con el oído, por oír conversaciones vanas: con la lengua, por hablar mal; con el paladar, por gula en los manjares; con la fantasía, por imaginaciones peligrosas; con el entendimiento, por pensar mal, con la memoria, por recuerdos nocivos; con el corazón por malos deseos.
• Ahora: en este día, en esta hora en este momento de luz o de oscuridad, de paz o desasosiego, de tentación o de calma. Ahora, cuando camino, cuando me subo al autobús, cuando voy al trabajo, cuando salgo de vacaciones, cuando descanso.
• Y en la hora de nuestra muerte: que no sabemos cómo será, si cuándo será, ni cómo nos sorprenderá. Es ese momentos el demonio nos traerá el recuerdo de nuestros pecados pasados, el rigor de la justicia divina y la memoria del desprecio de tantas gracias. En la hora de nuestra muerte, cuando el dolor de la enfermedad no nos permita acudir a ti, que tengamos a nuestro lado a un sacerdote que nos absuelva, que nos administre el Viático y nos dé la Unción de enfermos y nos recomiende el alma, y así demos el último suspiro pronunciando tu santo nombre y el de tu Hijo Jesús.
Quien reza fervorosamente el avemaría tendrá la gracia de una santa muerte. No olvidemos al acostarnos las tres Avemarías, prenda segura de una buena muerte.
• Amén: así es. Así lo creo.
¡Qué hermosa oración!
María, ruega por nosotros.
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