Mensaje
de Nuestra Señora – María, Llena de Gracia
El
Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras de Nuestra Señora
EL
TIEMPO DE LA REALIZACIÓN DE LAS PROFECÍAS DADAS AL MUNDO
07 de Abril de 2013
– Fiesta de la Divina Misericordia – 2º Domingo de Pascua
Queridos hijos,
hoy, en el día del Señor, con mucho amor y cariño vengo a bendeciros en el
Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo.
Unidos a la
Santísima Trinidad, vamos juntos a buscar la verdadera Paz para el mundo.
Mis hijos, Mis
hijos pequeñitos, hoy, en este día tan importante para mundo, día dedicado a la
Misericordia de Dios sobre el mundo, vosotros debéis abrir más vuestros
corazones para que Ella se extienda hasta él.
Rezad pidiendo a
Dios que derrame sobre vosotros Su Gracia, vosotros todavía estáis sin fuerza,
sin valor para creer realmente que los Avisos que llegan a vuestros oídos
vienen del Cielo, creéis dudando.
No podéis soportar
vuestros sufrimientos, cuando dudáis de Dios.
Sed humildes, Mis
hijos, acoged los Avisos con vuestros corazones abiertos, Dios está derramando
sobre el mundo Su Gracia y quien La acoge se fortalece, se prepara para no
perder el grano de fe que tiene.
En este momento
vosotros sólo tenéis este pequeño grano con el que nacisteis, no sabéis cultivarlo porque vuestros corazones están
hechos de tierra infértil; él para fecundar necesitó del Bautismo que debéis
renovarlo todos los días de vuestra vida diciendo: “Señor, yo creo en ti.” Pero
esto no sucede, porque sois indiferentes a Aquél que os creó. Os estáis
comportando apenas como objetos que no tienen ningún deber por hacer. Por lo
tanto, vuestra fe es como la fe de las piedras. La piedra no tiene
sentimientos, no se mueve sola, es útil sólo si alguien la pega y la coloca
donde tiene alguna función, en aquel momento es que ella sirve para ser
cimiento de una construcción.
Como veis, Dios da
valor a todo lo que crea, y lo más importante para el hombre es la vida que
recibió de Dios, vosotros tenéis un gran valor para Él, Él os llena de
sabiduría, de amor, os enriquece con Su Gracia, y hoy Él está derramando sobre
vosotros Su Misericordia.
Vosotros sois el
tesoro que Él mismo cuida, enseña, da calidad, da brillo, y guarda con mucho
cariño para estar eternamente con Él. Hoy Él os quiere dar más belleza, mas no
es esta belleza que vosotros conocéis en la Tierra, belleza sólo por fuera, Él
os quiere dar belleza interior, la más bella, la más rica, que es un corazón
que sabe acoger los Consejos del Padre, el corazón que se calla para oír, un
corazón que sabe agradecer los Avisos del Cielo y prestar atención, hasta hacer
la pregunta: “¿Por qué Dios nos está dando tantos Avisos?
En verdad Yo misma
os respondo, Mis hijos, vosotros estáis en peligro de quedar asustados de
repente y sin reconocer la Existencia de Dios y así iréis al Infierno.
Quien no cree en
Dios pierde el Cielo.
El mundo hoy está
tan violento, porque el hombre no cree con fe que Dios Existe y no Lo respeta
—cada hombre quiere gobernar su vida, no acepta límites, no respeta las
Enseñanzas del Cielo.
Dios cuida de lo
que crea y Él os creó, sois criaturas, sois dependientes de la Gracia de Él,
tenéis que hacer lo que Él os enseña, no podéis gobernaros a vosotros mismos.
Si así continuáis, en esta desobediencia total, no iréis para el Cielo.
Estad atentos, es
hora de volver a Casa, éste ya no es el momento de jugar con vuestra vida, pues
vosotros jugasteis más, que tomar en serio vuestra travesía en la Tierra. Es
hora de ordenar el corazón para entrar en el eternidad y en la eternidad tenéis
dos opciones, el Cielo o el Infierno, no existen tres opciones. Por eso estad
atentos, Dios no engaña a nadie. Es hora de escoger dónde queréis morar después
que dejéis la Tierra, en el Cielo o en el Infierno, la decisión es vuestra.
Entonces vosotros
ya sabéis que los Avisos del Cielo son Gracias que Él manda para quien se
decide por el Cielo. Quien se decide por el Infierno no necesita de Avisos,
porque los Avisos son alertas de peligro, son alertas para que el hombre esté
atento y la mayor atención que debéis tener ahora es con las trampas del
demonio, él os incentiva al pecado. El pecado es la causa de que muchas almas
caigan en el Infierno.
El hombre que
idolatra el pecado, lo hace porque no quiere el Cielo, y lo tendrá perdido
cuando no se convierta de alguna manera.
Mis hijos, meditad sobre
vuestro futuro, quien va al Infierno nunca más tendrá unión con Dios, nunca más
será feliz.
Es preciso creer
verdaderamente en la Existencia de Dios y aprender lo que Él enseña, es preciso
luchar contra la impureza, es preciso desprenderse del pecado, pedir a Dios la
sanación, no sólo de vuestras enfermedades, sino primeramente de vuestros
corazones, la protección para vuestras almas, el merecimiento de un cuerpo
glorioso, y de la Vida Eterna.
Entonces, vamos hoy
a buscar en Dios esta ayuda para el mundo.
Hoy, el día en que
Dios está derramando sobre el mundo entero Su última Misericordia para las
almas de todos los pecadores. Esta Gracia que Dios está derramando hoy es para
que todos procuren cultivar mejor la fe y se arrepientan de sus pecados antes
de que sea tarde.
Debéis arrepentiros
de vuestros pecados antes de que llegue la última hora de vuestro paso en la
Tierra. Dios os está avisando que la última hora que está ahí, muchos mueren
todos los días y no estaban preparados.
La preparación es cultivar
más la fe para arrepentiros de los pecados y pedir perdón a Dios. Si vosotros
no tenéis fe, no temeréis a Dios, no os arrepentiréis de vuestros pecados y
acabaréis perdiendo la Salvación. Finalizado este tiempo, no habrá otro más
para el mundo arrepentirse. Sólo habrá sufrimiento para los que no se
arrepintieron. No es el fin del mundo, sino que es el fin del pecado en el
hombre. Sólo será libre y feliz aquel que permanezca fiel a Dios. Ser fiel es
humillarse y creer, respetar y obedecer los Mandamientos. Ser fiel es renunciar
al pecado y solamente obedecer a Dios. Quien no escucha los Consejos de Él, no
es fiel a Él, por eso los que se están haciendo los sordos son infieles a Dios.
Mis hijos, la Santa
Palabra de Dios os revela hoy sobre la importancia de la fe. Vosotros oísteis
que Jesucristo Se Apareció a Sus discípulos después de Su Resurrección, ellos
estaban reunidos en oración después que todo sucedió, ellos fueron bendecidos
con la Presencia de Él deseándoles la Paz. Jesucristo les mostró las Manos
heridas por los clavos en la Cruz y el Costado herido por la lanza.
Fue en aquella
apertura del Costado herido por la crueldad del mundo, que Mi Divino Hijo
derramó sobre el mundo Su Misericordia, Su Sangre y el Agua de Su Cuerpo. Con
la Sangre Él os da vida y con el Agua, que representa al Divino Espíritu Santo,
Él os dio el Bautismo, que hace de los hombres hijos de Dios. El Divino
Espíritu Santo en aquel momento Se manifestó para todos los que aceptaron el
Bautismo. Él os adoptó como hijos, por eso debéis valorar esta Gracia, la
Misericordia Divina. Dios con vosotros en vuestras vidas os está salvando.
Quien pisotea la Gracia de Dios pierde la Salvación.
La Sangre y el Agua
que fluyen del Cuerpo de Mi Divino Hijo Jesucristo sustentan al hombre en dirección
a la Salvación. Entonces fue por eso que Él Se mostró a Sus discípulos,
dándoles instrucciones y enviándolos a todos los rincones de la Tierra a
predicar el Santo Evangelio.
En aquel momento de
Su Aparición a ellos, Él sopló sobre ellos Su Gracia, les dio el Espíritu
Santo. Había todavía un discípulo que no estaba presente, era Tomás, y cuando
supo lo que aconteció, dudó, le faltó la fe y entonces él hizo exigencias: si
él no viese las marcas de los clavos y si no pusiese el dedo en las marcas de
los clavos y no pusiese la mano en Su Costado, no creería.
Después de ocho
días, Jesucristo estaba nuevamente con ellos en aquel lugar donde estaban con
las puertas cerradas, Él Apareció allí entre ellos y les dijo: “La Paz sea con
vosotros.” Después dijo a Tomás: “Pon tu dedo aquí y mira Mis Manos. Extiende
tu mano y métela en Mi Costado. Y no seas incrédulo, sino fiel.”
Tomás respondió:
“¡Mi Señor y Mi Dios!”
Y Jesucristo le
dijo, “Has creído porque Me has visto. Bienaventurados los que creen sin
haberme visto.” (Juan 20, 26-28).
Así, Mis hijos,
quedó bien claro, no debéis exigir de Dios condiciones para creer. Sed
humildes, no es que Dios quien necesita de vosotros, reconoced que sois
criaturas y la criatura depende del Creador.
Dios hace muchos y
muchos años está avisando al mundo que se va a derrumbar una parte de la
Tierra, nadie está listo para dejar este mundo en la Tierra y entrar la
Eternidad.
Agradeced a Él por
esta última Misericordia y preparaos, de aquí en adelante nadie sabe quién va a
dejar la Tierra primero.
Es mejor que todos
os preparéis; todos, todos, todos. Tomad conciencia, nada llevaréis a no ser
vuestras almas, vivid como si cada día fuese el último, esto es con el corazón
totalmente entregado a Dios. Debéis pedir
a Él el perdón por vuestras culpas, así vosotros os sabréis preparar.
Quien sobreviva, cada día tiene un poco más de tiempo para mejorar su vida.
Quien lo va dejando sólo para el último día, puede no conseguirlo. Convertíos,
convertíos.
Viene ahí para el
mundo un terrible acontecimiento, muy pronto sabréis que Dios no engaña a
nadie. Estad atentos. Amad a Dios sobre todas las cosas. Amad a vuestros
hermanos y amaos a vosotros mismos no pecando.
Arrepentíos de
vuestros pecados todos los días y estad listos para vuestro encuentro con Dios.
Pido al Divino
Espíritu Santo que os ilumine y os proteja de todos los males que están frente
a vosotros.
Es esto lo que
vengo revelaros hoy para vuestra conversión. Estad atentos.
Rezad, rezad, rezad
por los que están en desarmonía en la Tierra, poniendo vuestras vidas en
riesgo. Estos están poniendo en riesgo vuestras vidas y desafiando el Poder de
Dios. Estos sólo piensan en hacer guerras.
Rezad, rezad, rezad
por los dos Santos Padres, los Papas Benedicto XVI y Francisco, por todo el
Clero, por los religiosos y religiosas, por toda la humanidad.
Rezad por los ateos
y paganos, ayudadlos con vuestras oraciones.
Rezad por la Santa
Iglesia fundada por Jesucristo, todos unidos en esta hora, extended vuestras
manos ayudándoos unos a otros.
Rezad por los
países que están en desarmonía, poniendo en riesgo vuestras vidas y desafiando
el Poder de Dios con guerras.
Recordad que una
Ave María puede detener una guerra, rezad el Santo Rosario con fe, la Paz es lo
más necesario para que el hombre reconozca que Dios Existe. Ayudad a los Santos
Padres los Papas para recoger a las ovejas.
Yo os amo mucho y
os cubro con Mi Manto de Amor.
Brasileros, unión y
oración, afianzaos en las Manos de Dios.
Todas las naciones
haced lo mismo.
Un gran peligro
está cerca. Todos rezando.
Ahora os bendigo en
el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo, la Madre de
Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, la
Inmaculada Concepción.
Debéis reflexionar
sobre el Evangelio de hoy: Juan 20, 19-31.
(Primer
Juicio = El Aviso)
Mensaje
de Nuestra Señora – María, Llena de Gracia
El
Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras de Nuestra Señora
EL
TIEMPO DE LA REALIZACIÓN DE LAS PROFECÍAS DADAS AL MUNDO
30 de Marzo de 2013
– Sábado Santo
El Lamento de
Nuestra Madre Santísima
Queridos hijos, con
mucho amor y cariño vengo a bendeciros en el Nombre del Padre, del Hijo y del
Divino Espíritu Santo.
Unidos a la
Santísima Trinidad, vamos juntos a buscar la verdadera Paz para el mundo.
Mis hijos, la Santa
Palabra de Dios os lleva hoy a reflexionar sobre la gran tristeza que la Muerte
de Jesucristo causó en todos los que Lo amaban. Aun sabiendo lo mucho que iba a
sufrir, Él aceptó todo con humildad y obediencia al Padre, para Salvaros.
Espero que todos
comprendan lo que Él hizo para libraros de la muerte eterna. Estad atentos
ahora para no cometer ingratitud, valorad la Salvación. La crueldad que Le hicieron
fue la más terrible.
Mis hijos, hoy
vosotros estáis reviviendo lo que pasó en el segundo día después de la muerte y
la sepultura de Mi Divino Hijo Jesucristo. Él fue, después de muerto, llevado
al sepulcro, todo fue triste para Mí, Mi Corazón estaba traspasado por la
espada, Yo estaba en la mayor soledad sintiendo profundamente aquella
separación tan dolorosa.
Ved, Mis hijos,
cuánto sufrí al ver a Mi Hijo separado de Mí. Sólo el Amor de Dios Padre Me
consolaba y así Yo iba soportando la nostalgia que sentía, Me dolía el Corazón.
Él Me preparó para comprender, pero Me dolía mucho esta aflicción, esta
nostalgia de no tenerlo cerca de Mí.
Los verdugos Lo
arrancaron de Mí, Yo estaba allí derramando Mis Lágrimas, porque en todo
instante sentía Su falta.
Aun sabiendo,
teniendo la certeza de Su Promesa de que Él Resucitaría al tercer día después
de Su Muerte, Yo no conseguía contener Mis Lágrimas, porque pensaba en Él
dentro de aquel sepulcro.
Ahora Él estaba
lejos, muy lejos, así era como Yo lo sentía, lejos de Mí, de Mi Amor, de Mi
calor de Madre que siempre estuve cerca de Él para servirlo, pues Él es Mi Dios
y Yo soy la Madre Sierva de Mi Señor. Yo esperaba el amanecer del tercer día
para verlo nuevamente después de Su Resurrección. Juntos conmemoraríamos Su
Pascua, que sería también la Pascua de todos los pecadores que murieron con Él,
en aquella Cruz. Vuestra Pascua, pues Él os libró de la muerte eterna.
Con Su Muerte,
vosotros moristeis con Él, y con Su Resurrección vosotros resucitasteis con Él.
ÉL VENCIÓ LA MUERTE PARA TODOS LOS QUE PERMANECIEREN UNIDOS A ÉL.
Mas, Mi Corazón
enlutado se mantenía lleno de esperanza, sabía que Él ya os había Salvado en
aquella Cruz. En aquel día sentí mucho frío, mucha tristeza, porque estaba
lejos de Él y comencé a pensar en Él, vivo, pequeñito, cuando el Padre Me
escogió para ser la Madre de Su Divino Hijo, Él Lo colocó en Mí y en Mis Brazos
después de Su Nacimiento, Yo comencé a cuidar de Él, amamantándolo,
sosteniéndolo en Mis Brazos, haciéndolo dormir bien cerca de Mi Corazón. Pero
Él creció y murió en la Cruz.
Los verdugos Lo
coronaron con una corona de espinas, Le escupían en Su Rostro, Lo abofetearon y
Lo arrastraron y, maltratándolo, hicieron todas las maldades con Él
insultándolo, porque dudaban de que Él era el Mesías Prometido por Dios Padre.
Pero Él venció a
todo el imperio satánico, Él Salvó al mundo.
Fue así que pasé
aquel día tan triste, tan doloroso, mas tenía fe en Mi Corazón, fe en el Amor
de Mi Padre, Él estaba Conmigo mientras Mi Hijo estaba en aquel sepulcro.
Después comencé a
pensar: Yo Lo enseñé a estar de pie y Él se convirtió en un Hombre hecho, había
llegado la hora de cumplir la parte final de Su Misión. Esto Me consolaba.
Ved, Mis hijos,
cómo fue dolorosa la espera de la Resurrección de Él.
El dolor pasó, sin
poderlo Yo impedir, porque ésta era la Voluntad del Padre, que Yo participase
de aquel Sufrimiento para ayudar en vuestra Salvación. Ved cómo sufrí Yo por
vosotros. Aunque va a llegar el día en que vosotros comprenderéis todas estas
cosas, como llegaron ellas para vuestra permanencia en Dios.
Por lo tanto,
debéis valorar la Salvación escuchando los Consejos del Cielo. Así cuando
Jesucristo vuelva al mundo vosotros podréis recibirlo con amor y alegría, y
juntos conmemorar vuestra Pascua definitiva. No permanezcáis indiferentes, para
no perder esta Gracia que podréis
recibir si no despreciáis la Salvación.
Los que
despreciaren el Amor de Dios, estarán lejos de la Gracia de Él, y ellos habrán
de querer que el tiempo vuelva, mas será tarde, el tiempo no volverá más.
Todos los días
vosotros tenéis un tiempo nuevo y ahora se necesita mucha atención, porque algo
terrible está llegando al mundo. No es sólo la pérdida de lo material, sino el
sufrimiento de la conciencia y el sufrimiento provocado por la reacción de la
naturaleza, vosotros no sabéis soportar.
Quien se arrepiente
de los pecados cometidos, tendrá fuerzas para vencer lo que viene al mundo muy
pronto, procurad hacerlo antes de que se cierre completamente este tiempo final
de la conversión.
Será un tiempo que
vendrá mostrando la consecuencia de vuestros pecados, vosotros tendréis que
aceptar el paso de este tiempo, porque fuisteis insensatos, ofendisteis mucho
al Creador, ahora necesitáis pasar vuestra purificación, para merecer la Salvación.
Jesucristo derramó
Su Sangre para Salvaros, mas vosotros no valorasteis lo que Él hizo por
vosotros. Estáis indiferentes, sin agradecimiento.
Estos Mensajes que
están en el mundo entero son gotas de rocío que caen del Cielo sobre vosotros,
mas vosotros en vez de alegraros, habéis tenido el mayor desprecio por ellos,
mas peor todavía que el desprecio por los Mensajes, es el desprecio por Santa
Eucaristía, la Santa Misa, así estáis despreciando la Resurrección de
Jesucristo, algunos incluso critican. Y ahora sólo os resta pedir perdón.
Pasaréis la
purificación muy pronto y entonces veréis todo lo que os hicisteis a vosotros
mismos, veréis cómo estuvisteis lejos del verdadero amor por la vida.
¡Ay, de aquellos
que perdieren esta última oferta que Dios dará al mundo!
Quien se arrepiente
de lo que hizo mal, se humilla, reconoce que erró, y si lo hiciere todo
correcto, con fidelidad a Dios, soportará lo que viene para el mundo, si se
enmienda de una vez por todas.
Están llegando a
vosotros acontecimientos terribles y dolorosos.
Vosotros tendréis
las pruebas del Cielo, apretad vuestros cinturones de seguridad todos los días
al acostaros y al levantaros, tendréis muchos sustos y para quien no se
prepara, despertará en medio de tragedias terribles, sin la condición de poder
hacer cosa alguna, puede caerse y no levantarse más.
La naturaleza está
agitada, sea de día, sea de noche, el mundo está en peligro de desmoronarse una
parte en cualquier momento. La Tierra está parpadeando: ¡Vida! ¡Muerte! ¡Vida!
¡Muerte! Una parte vida, otra parte muerte.
El mundo provocó la
Ira de Dios, está perdiendo la unión con Él, y ahora quedará en la soledad,
como quedó en aquel día en que Jesucristo fue entregado a la muerte por aquel
hombre traidor que Lo traicionó y Lo entregó a los crueles que Lo mataron
porque tuvieron miedo de la Verdad.
Ellos eran
infieles, tenía la mente en tinieblas, sin ninguna luz porque no quisieron
aprender a amar y esto produce tinieblas. La ingratitud produce días así, sin
Luz.
Jesucristo fue entregado
a la muerte, los que Lo aman también lo serán, mas se levantarán por el Poder
de Él y serán felices para siempre.
Preparaos, porque
de aquí en adelante en la Tierra habrá gritos y crujir de dientes por todas
partes.
El mundo perdió el
respeto, el equilibrio, se involucró con el poder satánico y ahora caerá en la
soledad de la Tierra sin la Presencia de todos los pueblos sobre ella. Gran
parte se consumirá en pocos instantes, cuando los que sirven a satanás
provoquen la destrucción total de una parte de la Tierra.
Entonces, los
Avisos del Cielo en la Tierra para recordar a la humanidad que es necesario
convertirse, porque no es la guerra la que destruye la vida junto con Dios,
sino es el pecado el que causa la muerte peor que la pérdida de la unión con
Él, con Dios, la guerra no mata al alma, sino el pecado es el que la mata
porque por causa del pecado existe el Infierno, lugar donde permanecen aquellos
que no aman a Dios.
Vosotros, que Me
estáis acogiendo, permaneced junto a Mí escuchando los Avisos del Cielo y
enderezando vuestros corazones, convirtiéndoos cada día más, con vuestra
obediencia, vuestra atención, podéis buscar ayuda para muchos de vuestros
familiares y para otros, porque en consideración a vuestros esfuerzos Dios os
acogerá.
Soy vuestro
Refugio, para pasar este tiempo. Si tuvierais fe, atentos, escuchándome y
transmitiendo lo que os hablo, no caeréis. Yo soy vuestra Madre Celestial, la
Mujer vestida de Sol, el Arca de la Tercera Alianza de Dios con vosotros que os
prometió el Espíritu Santo.
Soy el Refugio para
vuestras almas, para los que se convirtieren hasta el último momento que Dios
os permita, vuestro arrepentimiento antes de la muerte.
En el último día
Jesucristo volverá al mundo y vuestras almas estarán guardadas a la espera de
Él dentro de Mi Inmaculado Corazón, que es vuestro Refugio. Los que estuvieren
en este Refugio irán al Paraíso.
Ahora antes soy
vuestra Medianera, vuestra Madre Auxiliadora, la Madre que permaneció con los
hijos, mientras Jesucristo estaba en la tumba, Él no os dejó solos. Vosotros no
podéis comprender todavía lo que Yo soy para vosotros, sólo Dios lo sabe. Él Me
hizo vuestra Madre antes de morir y Me dio poderes para protegeros mientras
estaba muerto, y hoy vosotros estáis reviviendo aquel día, el Sábado Santo,
este poder se extiende hasta el último día de vida de cada hombre que se
convierte. Vosotros nunca estaréis sin La oración del Cielo.
Yo soy vuestro
Refugio, Refugio de las almas que sufren y tienen la esperanza en la Salvación.
Si podéis guardar vuestras almas para no perderlas es porque Jesucristo os dio
a Su propia Madre para vuestra protección. Somos la familia de Dios y esta
familia no seguirá dividida, como todavía está, porque la mayor parte de la
humanidad todavía está despreciando la Gracia del Cielo, despreciando el Amor
de Dios, pero pronto todo va a cambiar. Los Misterios de Dios son el Secreto de
Él y un día Él va a transformar al mundo, habrá una Nueva Tierra y un Nuevo
Cielo.
En la Tierra no
habrá más pecado, y en el Cielo todos tendrán la Paz Eterna.
Por eso estáis
siendo orientados con los Avisos que vienen del Cielo.
En esta hora en que
los sufrimientos están ya comenzando en el mundo, debéis cultivar más la fe, la
esperanza y la caridad para permanecer en Dios. Aquí estoy con vosotros para
ayudaros. Traigo los Mensajes de Dios para vosotros, apareciendo a muchos hijos
en todos los países que Me acogen, estoy hablando para muchos hijos, mostrando
claramente al mundo que en la hora de vuestra partida a la eternidad, vuestros
cuerpos irán a las tumbas y vuestras almas permanecerán dentro de Mi Inmaculado
Corazón hasta que Jesucristo venga a daros la Resurrección.
Es con la
Consagración que estáis entrando en el Refugio, este Lugar Santo, donde esperaréis
el día del Juicio Final.
Pero antes pasaréis
el primer Juicio, el Particular, para quedar listos a la espera del segundo
Juicio, que es el último.
La Madre Celestial
permanece con los hijos hasta en la hora de la muerte de ellos, muchos morirán.
Dios Padre Me envió cerca de vosotros, de todos los pecadores, sea el menor o
el mayor, para daros asistencia, Él Me hizo vuestra Madre, y nadie tiene el
poder para alejarme de vosotros. Dios es Todopoderoso, sea cual fuere vuestra
decisión, Yo estoy cuidando de todos vosotros hasta la hora que Él determinó.
Así lo haré hasta
el final. Incluso con el cierre de los Mensajes, después continuaré cuidando de
todos hasta la hora de la muerte.
No os abandono a
ninguna hora, cuido de todos.
Yo no soy vuestro
juez, no juzgo, no condeno, no humillo a nadie, solamente os ofrezco un Refugio
seguro para vuestras almas. Ellas entran en este Refugio a través de la
Consagración a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, Él derrama sobre
vosotros la Luz para que percibáis toda la suciedad que está dentro de vuestros
corazones, la suciedad olvidada y las nuevas que pusisteis con el desprecio por
los Mandamientos que Él os dio. Ésta es vuestra ruina. La desobediencia a Dios,
causa todo el mal que llega al mundo. Vosotros tendréis que arrepentiros de
vuestros pecados y repararlos para vencer, para vencer los sufrimientos que
están a tilde, llegando a partir del primer día después de la Santa Pascua del
Señor Jesucristo Nuestro Dios.
De aquí en adelante
debéis preocuparos apenas con vuestra situación delante de Dios. Preparaos, Mis
hijos, éste es el tiempo final de preparación para entrar en la eternidad.
Deseo que vuestra
entrada sea la Puerta del Cielo y no del Infierno.
Esforzaos para
merecer la Felicidad Eterna.
Es esto lo que
vengo revelaros hoy para vuestra conversión.
Rezad, rezad, rezad
por los dos Santos Padres, los Papas Benedicto XVI y Francisco, por todo el
Clero, por los religiosos y religiosas, por toda la humanidad.
Rezad por los ateos
y paganos, no os olvidéis que podéis ayudarlos con vuestras oraciones y si no
lo hiciereis sufriréis el peso de la conciencia causándoos mucho
arrepentimiento, mas será tarde.
Rezad por la Santa
Iglesia fundada por Jesucristo, es la hora de una gran batalla contra el mal.
Soy la Madre de la Iglesia, soy la Mujer vestida de Sol, este Sol que es Dios,
que Me ilumina e ilumina vuestras vidas dándoos Sabiduría para tomar la
decisión correcta. El Divino Espíritu Santo vendrá muy pronto para daros el
Bautismo en el Espíritu y con el Fuego os marcará a todos los convertidos.
Quiero recordar a todos vosotros a ayudar hasta los encarcelados, para que los
culpados se arrepientan de sus pecados y pidan perdón a Dios y repararen sus
errores. Éste es también para ellos un momento de mucha reflexión sobre la vida
espiritual.
Viene ahí el primer
Juicio.
Es hora de que
todos recuerden que delante de Dios nada queda oculto, todo saldrá a la luz
dentro de poco tiempo.
El Juez es Dios,
nadie consigue mentirle a Dios. Él conoce a Su creación por dentro y por fuera,
sabe todo lo que cada hombre piensa y hace. No hay cómo esconder nada.
Él es el Juez
Supremo, nadie sabe más que Él. Delante de Dios todos son iguales, quien se
equivoca, tiene derecho de pedir perdón y reparar lo que hizo. Quien se humilla
pide perdón y repara lo que hizo, acepta la Voluntad de Dios. Pocos están
preparados, todavía es necesario rezar mucho por quienes están lejos para que
vuelvan pronto. Ayudad a los Santos Padres los Papas a buscar a los que están
alejados de la Iglesia. Ellos necesitan regresar antes de que sea tarde.
Yo os amo mucho y
os cubro con Mi Manto de Amor.
Brasileros,
brasileros, recordad, Soy la Señora Aparecida, a todos los que invocaren Mi
Nombre en este tiempo de peligro, tendrán Mi Protección, no os dejo solos, el
peligro es muy grande. Viene ahí lo que el mundo nunca esperó que llegase un
día. Es muy grave, rezad con más fe y esperanza, practicad la caridad,
especialmente con vuestras almas.
Todas las naciones
deben estar preparadas, viene mucho sufrimiento para todos vosotros en el
mundo. Aseguraos firmes en las Manos de Dios. Él os ama y os quiere dar la Paz.
Ahora os bendigo en
el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo, la Madre de
Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, la
Inmaculada Concepción.
Sábado dedicado al
sufrimiento de la Madre Santísima que llora hoy por los incrédulos del mundo
entero y por muchos que morirán sin amar a Dios.
Debéis reflexionar
sobre: “El mundo está lejos de Dios. Acercaos, la Tierra va a temblar.”
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