11-07-1998
Jesús:
Vive en Mí. Habita en mi Corazón. Mansión eterna. Mansión dichosa para ti y para los hombres. Para todos los que quieran venir a Mí.
¡Venid a Mí! Y aprended de Mí, que me entrego a vosotros para vuestra salvación.
Aquí está el Árbol de la Vida.
Aquí está la Fuente de tu vida.
Aquí está el Amor no amado.
Aquí está vuestra Salvación.
Míralo. He aquí este Corazón que tanto os ha amado y a cambio no ha recibido más que desprecios e ingratitudes. (Esta misma frase dijo el Corazón de Jesús a Santa Margarita María de Alacoque).
Míralo y ámalo. Tú al menos. Vosotros al menos.
Pobre Amor entregado a los hombres para que le desprecien. Pobre Amor olvidado, no amado. Pobre Amor despreciado. Pobre Tesoro despreciado por sus destinatarios. Pobre Riqueza pisoteada por los hombres.
Tú al menos, ámame. Tú al menos, acógeme en tu vida. Tú al menos respóndeme. Tú al menos dame a conocer. Tú al menos trabaja por el Evangelio. ¿Puedo contar contigo?
Y une tu pobre vida a la Mía. Y vive Conmigo. Y vive de Mí. Toma de Mi Fuerza. Toma mis Dones, mis siete Dones. Fructifícalos. Quiero esto con todos. Quiero modelaros a todos. Acudid a Mí. Venid a Mí. Lo repito sin cansarme: Venid a Mí. Estoy aquí. Miradme, conocedme y amadme para poder dar vuestra vida por Mí como Yo la doy por todos.
15-08-1998
(La Asunción de María)
Virgen:
Elevad vuestro espíritu del suelo, elevad vuestros ojos al Cielo y ascended conmigo al Paraíso. Ansiad vuestro sitio en él. Ocupadlo conmigo. Os espera.
Habrá quienes sigan retozando aquí, habrá quienes no quieran subir, quienes no os oigan. Olvidadlos, no hay tiempo. Abandonadlos a la Misericordia de Dios.
Entrad en el Arca (en Mi Corazón) Salvaos. Salvad. Dad la mano, alzad al vulgo.
Pequeños niños, ¡tan ciegos! NO desoigáis mis súplicas. Se condenan, se condenan. No pequéis. No sigáis pecando. Abandonad ese camino no hecho para vosotros. Sois Templos. Sois Tabernáculos. Sois Morada de Dios Trino.
El mundo... ¡Cómo va la gente hacia su condenación! El mundo es un inmenso erial. Es cual pocilga inmunda. No podéis verlo… (La Virgen tiene una angustia infinita, llora muchísimo, se angustia por sus hijos tan ciegos y sus frases se entrecortan).
¡Niños, niños! ¿Qué hacéis? ¿Qué hacéis con vuestra alma? ¿Qué hacéis con vuestra salvación?
04-09-1998
Jesús:
Querida niña, niña de mi Corazón de Padre, escribe, escribe para ti, escribe para las almas. Abandona tu propio espíritu y entra en mi Espíritu que te lleva, te llevará. Créelo, realiza Mi Plan en ti, haz realizar Mi Plan en vosotros.
Sois mis niños muy amados. ¿Por qué huís? ¿Por qué huís de Mí? Si soy el Padre Bueno y Cariñoso, el Esposo atento y amoroso, el Amor dado al mundo para su salvación.
¿Sabéis quién Soy? No me conocéis, por eso huís y no venís a Mí. Conocedme, ¡aquí estoy! No estoy lejos de vosotros, entrad en vuestro interior y allí me encontraréis. Soy más íntimo a vosotros que vosotros mismos.
Cuando me conozcáis, me amaréis irremediablemente, porque un Amor así no puede ser para nadie indiferente.
Cuando me améis, daréis vuestra vida por Mí, porque Yo la he dado por vosotros.
Cuando deis vuestra vida por Mí, Yo os recibiré en el Paraíso para entregaros vuestra corona de Gloria preparada para vosotros desde toda la eternidad.
¿Puede alguien con estas Promesas, con este Amor, puede alguien permanecer indiferente, puede alguien estar triste?
¡Oh, hijos míos! Comprended que con vuestra indiferencia, con vuestra tristeza y falta de amor, herís profundamente la Llaga de mi Corazón e impedís que de Ella broten para el mundo torrentes de Amor, Gracia y Sabiduría.
En esta hora de la historia quiero recurrir a los que deberían ser mis amigos más fieles. ¿Dónde os voy a encontrar? Quizás no estéis en vuestro sitio. Quizás me habéis abandonado.
Amigos fieles de vuestro Corazón de Jesús, amigos fieles de vuestro Padre Dios, amigos fieles de vuestro Espíritu Santo. Yo os llamo... Yo clamo a vosotros.
¿Podré comunicaros mis anhelos sobre el mundo, mis anhelos sobre vosotros? ¿Podré pediros vuestra colaboración? ¿Podré pediros vuestro amor hacia este Corazón herido y ultrajado por todos?
Tengo pocos amigos y algunos de los más fieles me han abandonado. El resto, ¿Me seguís?
Seguidme. Vividme. Amadme. Dadme al mundo.
Yo os amo. Levantad el ánimo. Amén.
—Señor, ¿qué quieres de mí? Aquí estoy para hacer tu voluntad.
Fructifica lo que Yo te doy. Dalo a conocer. Dame a conocer. Enséñales a amarme. No me conocen porque nadie les ha hablado de Mí con un espíritu verdadero. Yo te comunicaré Quien Soy para que tú me comuniques al mundo. Sin miedo, déjate hacer por Mi Espíritu, déjate conducir por Mamá.
A los ojos del mundo tú no vales. A los ojos de Dios eres y serás una perla preciosa del Corazón de su Hijo. Si dejas que Mi Espíritu te renueve, te cambie. Si entras en el Corazón de mi Madre y te dejas conducir por Ella.
Tú no temas. Yo soy el que va a hacerlo todo. Yo soy tu Salvador. Yo soy tu Libertador. Tú ámame
—A veces temo, Jesús, no transmitir exactamente lo que Tú me quieres decir.
¿Y eso te preocupa? Que no te preocupe nada, que no sea nada. Tú ocúpate en mi Amor. Margarita, niña de Dios. Sé lo que nosotros esperamos que seas. Anda este camino que hemos preparado para ti desde la eternidad, con donación, sin miedo, abarcándolo todo, segura de que no eres tú sino de que es mi Espíritu quien se va a derramar en ti y por tu medio a la Iglesia y al mundo. ¡Oh, niña! En la medida que te hagas más pequeña podrás ser más grande a mis ojos. Que sólo te preocupe agradarme. ¡Ánimo!
27-09-1998
(Rezando el Rosario, en el 4º Misterio glorioso)
Virgen:
Escribe y no dudes. ¿No puede acaso una Madre hablar como y cuanto quiera a sus hijos? ¿Se le acabarán las cosas que contarles?
Diserta conmigo con más confianza que lo puedas hacer con tu madre de la tierra. Si ella te ama, mi Amor supera al de todas las madres, pues soy “La Madre”.
Adéntrate..., nunca podrás decir que has encontrado el final: mi Amor es más y para siempre.
Mi Amor lleva al verdadero Amor... Mi Amor no acaba en sí mismo: remite a La Fuente. Mi Amor os conduce, a través de cañadas oscuras, os lleva a buen puerto.
Mira a este Corazón, que tanto os ha amado, míralo y ámalo (La Virgen se refiere a su Corazón Inmaculado). Aseméjate a Él, crea una simbiosis; sé otra Yo en la tierra.Comunica mi Amor, el que Yo te doy. Dalo, que parta de ti como un surtidor rebosante y que crezca, que crezca y que inunde al mundo. Comunícanos al mundo. Habla de Nuestro Amor, tan olvidado, tan ultrajado. Si queremos que vayas por el mundo y nos comuniques, ¿a ti qué? Quitaríamos los impedimentos que te atan. Déjate llevar. Camino fácil. Camino dulce. Camino estrecho... Ándalo de mi Mano.Reconoce mi Mano en todos los acontecimientos de tu vida. Hazme ese honor, pues soy Yo. Créelo, no dudes.
Queridos niños: mi Corazón está ardiendo en deseos de derramarme en vosotros.Acogedme, amadme como vuestra Madre en el alma. Así Jesús podrá miraros con más agrado, porque Yo misma, con mis Manos de Madre, voy a prepararos para su Venida.
No despreciéis este nuevo empujón de su Misericordia, antes bien aprovechadlo como Él desea para su Gloria. Amén.
07-11-1998
Virgen:
Calca mi vida en tu pobre vida. Mira mis disposiciones interiores, mira mi Corazón plegado totalmente a la Voluntad del Padre. Mi Corazón imbuido en su Corazón. Mi Corazón sí estaba realmente metido dentro del Corazón del Padre.
Si vosotros os metéis en el mío, Yo os introduzco en el Padre. ¿Hay camino más hermoso? ¿Hay camino más dulce? ¿Hay camino más fácil? Seguid este camino: el de la Consagración a mi Inmaculado Corazón.
Andad el camino preparado para vosotros desde los siglos para esta hora.
Temed esta hora si no estáis en gracia. Poneos en gracia. Usad los medios.
Recoged del suelo Nuestras riquezas pisoteadas por todos. Que no se pierdan nuestras gracias, nuestros beneficios.
Hija mía del Sagrario quiero hablarte muy seriamente, quiero que me mires y te sientas cogida por Mí: Ayúdame. Diles que me ayuden. Mi solo Amor no basta. (Ella no puede sola, nos pide nuestra colaboración).
La ira de Dios no puede contenerse por más tiempo. Él necesita víctimas inmaculadas y santas. Él os necesita inmolados por la salvación de vuestros hermanos.Comprended el enfado (la Ira) de Dios. Vedlo en su magnitud. La Magnitud de todo un Dios.
Hija, hago el esfuerzo de no decirte esto llorando, porque tú... todavía eres muy blanda.
Déjame que pueda desahogar contigo como me gustaría; contigo, mi hija muy amada; contigo, mi niña, en quien quiero confiar. Hazte fuerte en mi Corazón. Aquí está. He aquí este Corazón que tanto te ama. Correspóndele en tu plenitud. Te abro las puertas de tu dicha, te hablo de tu felicidad eterna, no lo mires como una negación, como una pérdida. Oh, ganancia verdadera para la eternidad sin límites.
Entra, oh Marga... (Se para y me dice con incomparable ternura de Madre lo siguiente).Mira, si no eres capaz, sólo alárgame tu mano. Yo misma te daré el impulso para dar el salto. ¿Quieres? (Esta invitación de la Virgen es imposible de resistir).
04-12-1998
(Primer Viernes)
Jesús:
No sabes cómo me siento hoy ¿Me lo has preguntado? ¿Has venido a consolarme?Más bien creo que has venido a recibir. Invierte los términos.
¡Me siento tan solo! Necesito de vuestro pobre consuelo. Me siento tan solo en este frío lugar. Sé tú el fuego que me caliente. ¡Sí!, como esa hoguera que no se terminaba de apagar ni aún en la noche. Más bien entonces avivaba su llama. (Se refiere a una hoguera del jardín que vi por la noche).
Todo, todo está pensado para vuestra salvación. Y cuando quiero, mi Corazón tiene efusiones más ardientes. Sabed reconocerlas, porque ahí están. Abrid vuestras manos, abrid vuestros ojos, abrid vuestro corazón.
Recibid mi Espíritu que vuela ya hacia vosotros. Abrid las ventanas, dejadle pasar, dejadle inundar vuestra alma. Desde el fondo de vuestro corazón y hacia fuera, partirá su Luz. No la intentéis contener. Irradiadme.
30-12-1998
Virgen:
Estáis en la Hora. Es la hora de las tinieblas. Ésta es la Luz que permanecerá encendida para mi Iglesia: Mi Sagrado Corazón, mi Inmaculado Corazón. Los que no permanezcan en esta Luz, no podrán resistir el embate del enemigo, que se lanzará sobre vosotros, mis hijos, con su último ataque de rabia. Será muy fuerte, pocos le resistirán, pero vosotros, mis niños, permaneced dentro de mi Corazón, permaneced confiados a mis Manos Purísimas. No temáis, ésta es la Luz que nunca se apagará.En esto el enemigo también os distinguirá y no podrá tocaros, si permanecéis siempre siendo mis niños, dóciles a mi voz, obedientes al Padre, amantes del Hijo y guiados por el Espíritu.
Muchos de los santos hubieran querido estar ahora en vuestro lugar, vivir estos días, sufrir como vosotros lo haréis por Cristo y ocupar vuestro puesto de Gloria en el Cielo.
Fuentes:
No hay comentarios:
Publicar un comentario