Visión y Proposito



Nuestra visión y propósito, en perfecta obediencia al mandato de Jesús Nuestro Señor de "DISCERNIR LOS SIGNOS Y SEÑALES DE LOS TIEMPOS", es el difundir los Mensajes que para este tiempo final, Dios Padre esta recordando y explicitando a su Iglesia y al mundo a través de sus dos Ungidos y Testigos, es decir, los CORAZONES UNIDOS Y TRIUNFANTES DE JESÚS Y MARÍA, y así poder contribuir con su plan en el llamado y preparación de los DISCÍPULOS DEL FIN DE LOS TIEMPOS.


En cuanto a las Revelaciones y Profecías Privadas, que se publica en este Blog, en virtud de la derogación de los cánones 1399 y 2318 del Código de Derecho Canónico y de la vigencia del Decreto del Papa Urbano VIII, SOLO AL SANTO MAGISTERIO DE LA IGLESIA CATÓLICA, APOSTÓLICA Y ROMANA le corresponde determinar sus AUTENTICIDAD Y CARÁCTER SOBRENATURAL, a cuya decisión final dócilmente nos sometemos, sin olvidar, a San Pablo que nos exhorta: " No despreciéis las profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno" 1ra. de Tesalonicenses 5;20 y San Juan Evangelista que nos profetiza: " Pero cuando EL, el Espíritu de la verdad, venga, os guiará a toda la verdad,...... y os hará saber lo que habrá de venir." Jn 16;13.

Sin embargo, ya que, la Iglesia no objeta en principio el difundir estas revelaciones privadas, mientras se las estudia por su contenido y frutos, esperamos que no se las busque por la sola satisfacción de la curiosidad, sino por un deseo VERDADERO DE CONVERSIÓN Y SALVACIÓN para el Alma, traducido en la realización de obras de Misericordia Concretas.

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viernes, 23 de febrero de 2018

Mensaje de la Virgen al Movimiento Sacerdotal Mariano "...Hoy más que nunca, "el que me hallare, habrá encontrado la vida y recibirá del Señor la salvación". Mi Adversario sólo esto teme; y hará todos los esfuerzos para alejarme aún más del corazón de mis fieles, para tenerme aún más oscurecida en la Iglesia. Ha empeñado Conmigo su más encarnizada batalla, la decisiva, en la cual uno de los dos quedará derrotado para siempre. (A los sacerdotes que ...) Habiéndose dejado poseer por Mí con su consagración. Yo misma me manifestaré en ellos y por medio de ellos actuaré para herir el corazón de mi enemigo y para aplastarle la cabeza con mi talón. Pero estos Sacerdotes míos deben ahora comenzar a actuar; por ellos quiero volver en medio de mis fieles, porque es con ellos, en torno a mis Sacerdotes, como Yo quiero formarme mi ejército invencible. A mis fieles adheridos a mi Movimiento, les pido: ...Que sean fieles al Papa y a la Iglesia a Él unida, con la total obediencia a sus mandatos, previniendo y secundando sus deseos, propagando sus enseñanzas, defendiéndolo de todo ataque, dispuestos a combatir hasta la efusión de la sangre,para estar siempre unidos a Él y ser fieles al Evangelio. Vendrá pronto un tiempo en el que sólo el que esté con el Papa logrará permanecer en la fe de mi Hijo y salvarse de la gran apostasía que se habrá esparcido por doquier..."


1 de noviembre de 1973

Fiesta de todos los Santos
Mi ejército fiel.
«Quiero que cada Sacerdote, de mi Movimiento que se me haya consagrado, ore, sufra y obre para devolverme mi puesto en medio de mis fieles.
Hoy más que nunca, "el que me hallare, habrá encontrado la vida y recibirá del Señor la salvación".
Mi Adversario sólo esto teme; y hará todos los esfuerzos para alejarme aún más del corazón de mis fieles, para tenerme aún más oscurecida en la Iglesia.
Ha empeñado Conmigo su más encarnizada batalla, la decisiva, en la cual uno de los dos quedará derrotado para siempre.
Ahora, en muchos aspectos, parece que el vencedor será él, mi Adversario; pero se avecinan los tiempos de mi gran retorno y de mi victoria completa.
Conmigo, en la lucha decisiva, quiero tener a mis hijos Sacerdotes: serán guiados por Mí, serán dóciles a mis mandatos, obedientes a mis deseos, sensibles a mis requerimientos.
Habiéndose dejado poseer por Mí con su consagración. Yo misma me manifestaré en ellos y por medio de ellos actuaré para herir el corazón de mi enemigo y para aplastarle la cabeza con mi talón.
Pero estos Sacerdotes míos deben ahora comenzar a actuar; por ellos quiero volver en medio de mis fieles, porque es con ellos, en torno a mis Sacerdotes, como Yo quiero formarme mi ejército invencible.
A mis fieles adheridos a mi Movimiento, les pido:
Que se consagren de manera especial a mi Corazón Inmaculadono cuidándose de formalidades externas o jurídicas, sino sólo de darse totalmente a Mí, para que Yo pueda disponer libremente de su existencia y ordenar toda su vida según mis designios.
Deben dejarse guiar por Mí, como niños. Deben volver a orar más, a amar más a Jesús, a adorarlo más en su Misterio Eucarístico, para que sea el Sol que ilumine toda su vida. ¡Qué alegría y qué don de amor comunicará Jesús en la Eucaristía a esos fieles a Mí consagrados!
Recen cada día el Santo Rosario para que se apresure mi gran retorno.
Que sean fieles al Papa y a la Iglesia a Él unidacon la total obediencia a sus mandatos, previniendo y secundando sus deseos, propagando sus enseñanzas, defendiéndolo de todo ataque, dispuestos a combatir hasta la efusión de la sangre,para estar siempre unidos a Él y ser fieles al Evangelio.
Vendrá pronto un tiempo en el que sólo el que esté con el Papa logrará permanecer en la fe de mi Hijo y salvarse de la gran apostasía que se habrá esparcido por doquier.
—Que observen los Mandamientos de Dios y practiquen cuanto mi Hijo Jesús ha enseñado para ser sus verdaderos seguidores. Así servirán a todos de buen ejemplo.
Deben serlo especialmente con un austero modo de vivir, con la repulsa de una moda cada vez más provocativa y obscena, combatiendo de todas las maneras la difusión de revistas y espectáculos inmorales y este continuo desbordamiento de un mar de fango que todo lo inunda.
Sirvan de buen ejemplo a todos por su pureza, por su sobriedad, por su modestia. Huyan de todos aquellos lugares donde se profana el carácter sagrado de su persona. Formen en torno a mis Sacerdotes, mi tropa fiel, mi gran "Ejército Blanco".
Por medio de ellos volverá mi Luz en medio de las grandes tinieblas y mi candor inmaculado en medio de tanta corrupción de muerte.
Estos mis fieles hijos serán llamados y formados por Mí para esta gran misión: preparar este mundo a la gran purificación que le espera, para que pueda finalmente nacer un mundo nuevo, totalmente renovado por la luz y por el amor de mi Hijo Jesús, que reinará sobre todas las cosas.»

viernes, 16 de febrero de 2018

La persistencia de demonios dentro de poseídos a pesar de los exorcismos y oraciones de liberación es un misterio, y algunos se inclinan a ver a los posesos como almas víctimas. Este es el caso explicado en un pequeño libro “María Aplasta a la Serpiente”, que fue escrito bajo obediencia, por un sacerdote Alemán con más de 30 años como exorcista; desde el año 1874 hasta su santa muerte en 1909. El libro fue hecho luego de 25 años de experiencia y la parte en la que nos centraremos es sobre la influencia del diablo y los demonios en la vida de las almas víctimas, y el importante papel de la Santísima Virgen María en relación a estas almas víctimas y los demonios que las atacan y las oprimen


LA VIRGEN MARÍA, LAS ALMAS VÍCTIMAS Y LOS DEMONIOS

La Santísima Virgen ha seleccionado un pequeño ejército de almas nobles que están preparadas para soportar todo y ofrecerse libremente a Dios como un holocausto para la redención de las almas. Ella las ha seleccionado para luchar directamente contra los demonios y son quienes romperán el poder de las legiones de Lucifer en la tierra y lo despojarán de al menos, una parte de las víctimas con las que ya contaban como suyas.

Estas almas seleccionadas soportarán con valentía los ataques de los demonios. Ellas sufrirán posesiones con el fin de liberar del yugo del maligno las almas de nuestros semejantes. Ellas tomarán el lugar de los culpables para así poder liberarlos del poder del demonio que ya les oscureció la comprensión y que trata de endurecer su equivocada voluntad. Es una batalla mundial entre la ferocidad del demonio y el amor a las almas víctimas por la cruz.
Las almas víctimas soportarán sufrimientos corporales, así como ataques dirigidos en contra de los poderes sensibles del alma.

A cambio, ellas vencerán a través de sus ayudas espirituales, y su naturaleza, por decirlo de alguna forma, será aplastada por torturas demoníacas. Sus poderes espirituales aumentarán en la misma proporción a la cantidad de sufrimiento que soporten. Porque en cada sufrimiento amoroso recibirán un aumento de amor. El poder de los demonios disminuirá gradualmente, al menos externamente. Toda su energía se agotará en los ataques contra estas almas víctimas.

Si el alma víctima persevera en su sacrificio, su influencia aumentará después y la del demonio disminuirá poco a poco. De ahí deduciremos que el alma víctima triunfará y que el enemigo estará completamente aplastado. Esta batalla entre el alma víctima y el demonio es un verdadero duelo a muerte. Son como dos gladiadores obligados a luchar hasta que uno se convierta en víctima en el campo de batalla.

“CON USTEDES TODO ES AMOR, PERO CON NOSOTROS TODO ES ODIO”

El demonio está lleno de odio hacia todo lo bueno. A él le encanta el mal sólo por que odia el bien. “Un demonio me dijo que él seduce a los hombres hacia diferentes vicios no porque le agraden los vicios sino porque él desprecia las virtudes”. Cada vez que el demonio ve un alma virtuosa o bien intencionada que Dios podría usar para lograr algún fin que valga la pena, su odio se convierte en llamas y trata por todos los medios posibles de privar a esa alma de esa virtud y hacerla incapaz de hacer el bien. Él es incapaz de predecir cómo serán los resultados de sus ataques. “Él me dijo: ‘No sabemos a dónde vamos’”.

Él utiliza todas las oportunidades para hacer el mal y ciegamente persigue su odio contra el bien sin saber a dónde lo llevará su locura y su aflicción de espíritu maligno.

DIRIGIDO POR ORGULLO, ÉL SIEMPRE ESPERA EL ÉXITO Y LA VICTORIA

“Tengo demasiado orgullo” dijo, “para creer que voy a fracasar en mi intento”.
Por ello procede a ciegas hacia su propia humillación, la cual es pieza clave para provocar un resultado con grandes cosas buenas. “El demonio mismo me dijo que hay muchas cosas que no haría si pudiera saber con anterioridad cuál sería el resultado”. Todas estas declaraciones fueron verificadas en reales batallas entre demonios y sus víctimas.

El demonio está al tanto de que existen estas almas virtuosas que se ofrecen a sí mismas como víctimas y sabe que ellas son capaces de lograr grandes cosas buenas. Pero Impulsado por el odio, el las ataca sin saber cuáles serán las consecuencias, y no duda de su propio éxito. Él quiere conseguir su control con el fin de corromperlos y despojar a Dios de su honor. Dios le permite esto, pero una vez que los demonios han emprendido el combate libremente para combatir a estas almas, Dios obliga a sus emisarios continuar la batalla hasta el final.

EL DEMONIO, O BIEN PUEDE CONQUISTAR O PUEDE SER CONQUISTADO

“Él me dijo: ‘Parece como si Dios nos dijera: ‘¡Adelante’ y yo tengo que continuar”, y a pesar de su orgullo para emprender una batalla con una imposible victoria, él sabe y admite que el amor ganara. ‘Porque’, dice, ‘el amor es más fuerte que el odio”. La batalla de las almas víctimas en contra de los demonios provoca que estas almas sean santificadas.

El demonio dice que cierto número de almas están bajo el dominio de todos los demonios que rondan los alrededores de la Tierra. El propósito no es la propia posesión demoníaca en el sentido estricto, sino más bien el control del alma a través de sus pecados y de su disposición a atarse al mal. Él se refiere a estas almas como sus propios premios de usurpación porque de esta manera él les nubla el corazón poco a poco logrando así que su regreso al bien sea moralmente casi imposible.

SOBRE LAS ALMAS CUYAS VOLUNTADES HAN SIDO SOMETIDAS AL CONTROL DEL DEMONIO

“Cada vez que tengo la voluntad de un individuo, entonces yo me burlo de su Dios”. Sin embargo admite que la conversión de esta alma no es imposible. “Ellos pueden arrepentirse pero es muy difícil”. Afortunadamente, hay almas víctimas que están a la mano para poder arrebatarlas de las garras del demonio y que no sigan siendo torturadas.

De acuerdo con las confesiones de los demonios, cuando ellos pierden su poder en la batalla contra estas almas víctimas, no sólo pierden a la víctima sino también ellos mismos se hacen impotentes al perder el control de las almas a las que ya habían convertido en sus esclavas a través del pecado.

Después de liberar a estas almas por quienes las víctimas han sufrido y han tomado revancha por la Justicia Divina, ellas se pueden beneficiar nuevamente de la misericordia de Dios y se pueden convertir fácilmente por sí mismas. El diablo ya no tendrá ningún poder para impedir que lo hagan.

“Le pregunté a uno de los demonios conquistados, quien se vio forzado a liberar a varias almas que él guardaba en la esclavitud del pecado: ‘¿Están todas estas almas convertidas’ ‘A lo que él respondió:’ ‘De hecho algunas lo están; las otras podrían estarlo si así lo quisieran’. Los demonios inutilizados permanecen en sus víctimas como en una prisión, sin ser capaces de ir a otra parte o pueden ser externamente activos.

Ellos están a la espera de la derrota de toda su banda. Tan pronto como su líder haya perdido todo lo que él y sus asociados poseían en la tierra, tienen que volver al infierno llevándose a todos sus asistentes con él.

“Un demonio me dijo: ‘No podemos permanecer en la tierra si ya no tenemos control aquí’” “Otro demonio me dijo una vez después de que yo le había obligado a abandonar una monja a la que le había realizado un ritual de exorcismo: ‘Dame lo que poseo en la tierra y la dejo de una vez, pero si tengo que salir de ella tendré que renunciar a todo y volver al infierno. Por esta razón Dios nos permite defendernos hasta el final’“.

LOS DEMONIOS SE ENCARGAN QUE LOS PECADOS DEL HOMBRE SEAN LOS QUE LES DEN PODER SOBRE ELLOS

Dios permite que los demonios se queden con lo que han ganado si es a través de la propia voluntad equivocada del hombre, pues es sólo a través del libre albedrío que ellos pueden quitarle al hombre lo que ellos mismos le han permitido a través de su libre albedrio. Y es sólo a través del sufrimiento voluntario de éstas almas víctimas que los demonios pueden ser despojados de lo que el hombre les ha dado a través de sus pecados.

“Durante el exorcismo de un alma víctima le pregunté al demonio: ¿cuándo cesarían los sufrimientos de esta víctima? Él respondió que dependía enteramente de la misma alma de la víctima. Ella sólo tenía que desear la interrupción de su sufrimiento y dejar a los demonios en paz en lugar de luchar con ellos para robarles a sus almas cautivas. ‘Ella debe permanecer con su amado (Jesús)’ dijo el demonio de la víctima ‘y la dejaremos en paz… ¿Por qué ella se entromete con nuestra familia? Es porque ella no lo quiere de otra forma, esto la complace’”.

Esta confesión mostró que el alma víctima amaba sufrir y que es sólo a través del sufrimiento que esta alma podía entrar al reino del demonio y arrebatarle las almas que éste ya tenía ganadas.

LA VIRGEN MARÍA CONDUCE A LAS ALMAS SUFRIENTES

Según las confesiones constantes de los demonios es la Santísima Virgen quien conduce a estas almas sufrientes contra los demonios y las obliga a luchar por las almas hasta que ellos son dominados. La Santísima Virgen ata a una gran cantidad de estos demonios a una u otra víctima. Cuando una multitud de ellos se vuelve indefensa, otra multitud encontrará el mismo destino…

“‘Ninguna criatura humana débil, un alma víctima, nunca debe dominar el humillado orgullo de los demonios. Ella (La Santísima Virgen) misma debe venir a aplastarnos’ Gritó un demonio vencido y humillado, ‘ni piensen que dos débiles como tú y ella (el exorcista y la víctima) tienen que humillarme de tal manera…’”

Cuando el poder del demonio es consumido por su ira, él se convierte en un cobarde. La valentía es una virtud y el demonio no tiene tal virtud. De ahí que no es valiente, sino que es salvaje solo hasta que se le acabe la energía. Tan pronto como su fuerza lo abandona, se convierte en un ser débil. “‘¡Misericordia, misericordia! ¡Oh, cómo sufro, basta! ¡Suficiente! ¡No puedo soportarlo más! ¡Estoy perdido! ¡Estoy triste! ¡Ten piedad de mí y no me dejes sufrir tan terriblemente!’ Tales son los gritos del demonio, incluso el del más fuerte, tan pronto como él es dominado”.

LOS DEMONIOS EXPERIMENTAN OTRAS HUMILLACIONES QUE LES CAUSAN FURIA Y RABIA

Cuando torturan a sus víctimas y éstas se convierten en santos. Estas nobles almas hacen rápidos progresos en el camino hacia la perfección. “Con el fin de humillar al demonio le hice notar el progreso de las almas que él había atormentado: ‘Basta con mirar esa alma, qué hermosa que es. Tú la hiciste tan hermosa. Cuando veas en el juicio final su grandeza, puedes gloriarte de ese hecho y decir: ‘¡Este es mi trabajo!’” Este sarcasmo lo hizo volver loco. Pero él siguió la batalla mientras tenía fuerza.

Su orgullo no le permitía creer que iba a ser conquistado, ni que iba a fallar en arruinar esa alma
“Nunca me permito desanimarme”, me dijo, “mientras tenga poder, voy a seguir mis ataques. No retrocederé”. El demonio se avergüenza especialmente cuando alguna de sus víctimas anteriores (las que inicialmente estaban lejos de Dios) se convierten, se santifican, y finalmente luchan para quitarle más almas.

Es una tortura insoportable para el demonio ser encarcelado en el alma víctima y estar atado a ella.
“Un panorama que es virtuoso le causa un dolor intenso, porque muchas veces se le ha oído gritar: ‘¡Prefiero estar en el infierno que en esta sucia persona’ Una vez más, me dijo:  ‘¿Tú crees que es un placer estar en esta maraña y ser testigo de todos esos actos de amor?’”

LOS DEMONIOS QUIEREN QUE LOS LIBEREN Y SE VUELVEN MÁS SALVAJES

“Los demonios suplican a menudo: ‘¡Quiero ser libre! ¡Déjame! ¡Tú tienes el poder para hacerlo! Este es realmente un fuego que brilla intensamente. Déjame marcharme’, entonces le pregunté: ¿Quién te ha confinado a esta persona respondió, ‘La Virgen’; pues bien, le dije, si la Virgen te ha encarcelado entonces es ella quien debe liberarte si así considera que es lo apropiado hacer”. “La unión forzada entre un demonio y otra víctima lo hizo gritar: ‘¡Si tan sólo ella me dejara ser libre’! ¡Este es un fuego que brilla intensamente! Preferiría estar en el infierno que en esta casa llena de suciedad’” Esta súplica del demonio al exorcista avala lo mismo, “¡Déjame! ¡Deja que ella (la víctima) me libere!”

Es una prueba de un hecho peculiar donde un demonio se convierte prisionero de la persona a quien él mismo antes había controlado. En un principio entró en el alma de la víctima como gobernante, como un tirano, con la esperanza de arruinarla, pero fue la paciencia heroica y el sincero amor de la víctima que hizo que su misión rompiera el poder del demonio. Después de perder la pelea él quería escapar de esta batalla humillante. Pero Dios le ordenó: “¡Quédate ahí!” Y él se vio obligado a continuar.

Él tiene que continuar la lucha y no se atreve a dejar el alma hasta que sea vencedor o vencido. Estando preso en su víctima ya no puede vagar ni dañar a la gente tal como le plazca.

Un demonio encarcelado deja salir su ira sobre la persona viva como un animal salvaje encerrado en una jaula, tratando de destruirla para poder escapar. Sin embargo, él no puede escapar. De hecho, el alma víctima sufre por esto, pero el demonio no se libera.

Es por el comportamiento paciente de la víctima que la locura delirante del demonio se hace poco a poco más impotente y cuando ellos sienten que su influencia se va desvaneciendo cada vez más, más furioso se ponen. Ellos mismos lo admiten: “Cuanto más débil nos hacemos, más salvajes nos convertimos.”

LOS APOYOS DE LOS DEMONIOS

Aparte de las personas que han ganado para su lado, los demonios utilizan también sociedades secretas como tropas de ataque. Con ayuda del mal sembrado por los demonios, el mal se extiende más y más como un fuego en la pradera. A pesar de esta ayuda, los demonios saben de antemano lo inútil que es esta batalla. También admiten su propia derrota y el fracaso final de las sociedades secretas en su presente batalla. Reconocen este punto de la siguiente manera: “Vamos a ser lanzados de regreso al infierno, pero no sabemos cuándo. La hora está establecida por vuestro amo, quien es también nuestro amo. Lucifer no es nuestro amo; él es nuestro líder“. Por Amo se refieren a Dios.

Dios ha ordenado que siempre haya demonios sobre la tierra para poner a prueba a la humanidad. Pero los principales líderes tendrán que volver al infierno y los que quedan se debilitarán. Ellos ya no serán capaces de seducir a los hombres. Los mismos demonios dijeron esto. También dijeron que una vez que sean derrotados, vendrá el tiempo en que serán humillados también los miembros de las sociedades secretas. “La Virgen va a destruir las sociedades secretas. Ella misma ya se ha puesto en contra de ellas. Ustedes se salvarán por la ‘Torre de Babel’”.

El exorcista supone que el demonio quiere decir por ‘Torre de Babel’ a toda voluntad perversa de intentar un ataque arrogante que acabará con la deshonra de estos en una confusión general, al igual que la gente mala del Antiguo Testamento que intentaron erigir la torre de Babel para entrar en el cielo. “‘Las almas crucificadas son las únicas’, dijo el demonio, ‘que van a hacer la guerra en contra de nosotros… Un alma fiel es más poderosa que el infierno, pero un alma crucificada es más poderosa que mil infiernos”.  Así las almas víctimas traerán la paz de nuevo a la Iglesia cuando hayan terminado su sufrimiento.

EL PROCESO DE LA CAÍDA DE LOS DEMONIOS CON LA INTERVENCIÓN DE MARÍA

“Cuando el demonio confesó su futura caída lo presioné para que me diera más información ¿Así que en ese momento vamos a compartir la misericordia de Dios, en lugar de un castigo?“ “Él respondió ‘¡Muy cierto! … ¡Y si no fuera por su poderoso brazo! (el de la santísima Virgen)’ ¿Es su brazo el que frena el brazo de Dios? ‘Sí, y es por ello que ella desea almas víctimas”

A partir de estas confesiones del demonio se puede concluir que la Santísima Virgen selecciona almas víctimas nobles que estén dispuestas a sufrir por el amor de Dios. La Santísima Virgen les permite dar batalla a los demonios que deambulan por la tierra reprimiendo a la Iglesia y arruinando a las almas.

De esta manera La Santísima Virgen ofrece un remedio a todos nuestros grandes males: Ella libera a la Iglesia y a las almas del poder de estos demonios, consuela y aplaca el Corazón de su Hijo Amado, ella ofrece redención para la justicia de Dios en lugar de los pecadores e implora la misericordia de Dios en su nombre. Por último, nos aleja de la justicia vengadora de Dios o al menos mitiga los castigos.

Ella no olvida a esas almas nobles a las que les ordena llevar a cabo su plan. Ellas son santificadas por la cruz que han aceptado por propia elección, y por medio de la Santísima Virgen, se les prepara una recompensa ante Dios al igual que la sumisión y la grandeza de su amor. Evidentemente, los objetivos previstos por la Santísima Virgen son de mayor importancia. Eso hace que sea comprensible el por qué Dios debería permitir a estas almas seleccionadas ser sometidas a la influencia y (a veces) a la posesión real de Satanás.

Los resultados prácticos finales son medidos en la escala de un omnipotente y todopoderoso Dios que justificará el calvario de estas terribles pruebas con el fin de lograr su objetivo final.

Es cierto que habrá almas inocentes encomendadas a la crueldad de los demonios. Sin embargo, ¿Dios no permitió que su Hijo unigénito quién era inocente y santo sufriera y muriera en la cruz con el fin de liberar al mundo de la potestad de Satanás y así lograr la salvación de las almas? No fueron sus enseñanzas y su oración sino su amarga pasión y muerte por las que Él nos redimió.

¿Y no fue con el consentimiento de la Virgen Santísima el sacrificio de su Divino Hijo mientras ella permanecía de pie junto a la Cruz? ¿Acaso ella no nos ofreció sus penas para aplastar a los poderes del infierno y lograr la salvación de las almas? Lo que hizo tan heroicamente por nosotros a través del sacrificio de su amado Hijo para que Ella lo sigue haciendo por nosotros hoy.

A pesar de la piedad de su corazón materno Ella sacrifica a sus hijos amorosos, las almas víctimas, al permitirles sufrir en beneficio de la Iglesia y por la salvación de las almas, en vista de la gloriosa victoria que Ella alcanza sobre los poderes del infierno.

“Este es el programa de la Santísima Virgen. Lo que he dicho acerca de esto es la real verdad. No es una teoría diseñada por mí, ni una enseñanza que voy a promover, sino se trata de una realidad que deseo dar a conocer y de una veracidad que creo definitivamente puedo probar. Las confesiones de los demonios lo demuestran; las revelaciones sobrenaturales dan testimonio de ello“.

“… Es a través de los generosos sufrimientos de las almas víctimas que la Santísima Virgen busca hacer redención por las ofensas cometidas contra el Sagrado Corazón de su Divino Hijo“.

“Por lo tanto, ella desea mitigar su ira, restaurando y conciliando la Divina Justicia para obtener la gracia y la misericordia para los pecadores. El plan de Él es dar batalla constante a los demonios.

Arrebatarle un gran número de almas que ya tienen con ellos, para luego lanzar a los inútiles demonios de vuelta al infierno. El trabajo de las almas víctimas es una obra de misericordia hacia los pecadores, así como una obra de restauración y conciliación por las culpas de los pecadores”.

Fuentes:
http://www.corazones.org/articulos/mother_adela/sufrimiento_vida_santo.htm
http://www.mysticsofthechurch.com/2010/09/mary-crushes-serpent-virgin-marys-role.html
http://www.catholicbible101.com/maryversusthedevil.htm


miércoles, 14 de febrero de 2018

(Revelación con Imprimátur de la Santa Iglesia) Conciliábulo que hizo Lucifer en el infierno tras la muerte de Cristo según la venerable María Jesús de Ágreda (Cuidad Mística de Dios). A los lectores: Les podemos asegurar que esta lectura o no la han hecho nunca, o muy pocos, y si no la hacen ahora es muy posible que jamás la hagan. Pues bien en sus manos dejamos estas líneas, y no exageramos en lo que vamos a decir: puede que el destino eterno de sus almas este en que lean esta publicación. Aclaramos que no es una lectura para almas frívolas, sino para almas que de verdad buscan la perfección. Pues las frívolas nada entenderán ni sabrán degustar la belleza, que acompaña a toda verdad, y siempre causa el bien en las almas. (Nicky Pío)



La caída de Lucifer con sus demonios desde el monte Calvario al profundo del infierno, fue más turbulenta y furiosa que cuando fue arrojado del cielo. Y aunque siempre aquel lugar es tierra tenebrosa y cubierta de las sombras de la muerte, de caliginosa (tenebrosa) confusión, de miserias, tormentos y desorden, como dice el santo Job: pero en esta ocasión fue mayor su infelicidad y turbación; porque los condenados recibieron nuevo horror y accidental pena con la ferocidad y encuentros que bajaron los demonios, y el despecho que rabiosos manifestaban. Cierto es que no tienen potestad en el infierno para poner las almas a su voluntad en lugares de mayor o menor tormento; porque esto lo dispensa el poder de la divina justicia, según los deméritos de cada uno de los condenados, porque con esta medida sean atormentados. Pero, a más de la pena esencial, dispone el justo Juez que puedan sucesivamente padecer otras penas accidentales en algunas ocasiones; porque sus pecados dejaron en el mundo raíces y muchos daños para otros que por su causa se condenan, y el nuevo efecto de sus pecados no retratados les causa estas penas. Atormentaron los demonios a Judas con nuevas penas, por haber vendido y procurado la muerte a Cristo. Y conocieron entonces que aquel lugar de tan formidables penas, donde le habían puesto, era destinado para castigo de los que se condenasen con fe y sin obras, y los que despreciasen de intento el culto de esta virtud y el fruto de la redención humana. Y contra estos manifiestan los demonios mayor indignación, como la concibieron contra Jesús y María.
Luego que Lucifer tuvo permiso para esto y para levantarse del aterramiento en que estuvo algún tiempo, procuró intimar a los demonios su nueva soberbia contra el Señor. Para esto los convocó a todos, y puesto en lugar eminente les habló, y dijo: A vosotros, que por tantos siglos habéis seguido y seguiréis mi justa parcialidad en venganza de mis agravios, es notorio el que ahora he recibido de este nuevo Hombre y Dios, y como por espacio de treinta y tres años me ha traído engañado, ocultándome el ser divino que tenía, y encubriendo las operaciones de su alma, y alcanzando de nosotros el triunfo que ha ganado con la misma muerte que para destruirle le procuramos. Antes que tomara carne humana le aborrecí, y no me sujeté a reconocerle por más digno que yo de que todos le adorasen como superior. Y aunque por esta resistencia fui derribado del cielo con vosotros, y convertido en la fealdad que tengo, indigna de mi grandeza y hermosura; pero más que todo esto me atormenta hallarme tan vencido y oprimido de este Hombre y de su Madre. Desde el día que fue criado el primer hombre los he buscado con desvelo para destruirlos; y si no a ellos, a todas sus hechuras, y que ninguna le admitiese por su Dios ni le siguiese, y que sus obras no resultasen en beneficio de los hombres. Estos han sido mis deseos, estos mis cuidados y conatos; pero en vano, pues me venció con su humildad y pobreza, me quebrantó con su paciencia, y al aún me derribó del imperio que tenía en el mundo con su pasión y afrentosa muerte. Esto me atormenta de manera, que si a él le derribara de la diestra de su Padre, donde ya estará triunfante, y a todos sus redimidos los trajera a estos infiernos, aun no quedara mi enojo satisfecho, ni se aplacara mi furor.
¡Es posible que la naturaleza humana, tan inferior a la mía, haya de ser tan levantada sobre todas las criaturas! ¡Que ha de ser tan amada y favorecida de su Criador que la juntase a sí mismo en la persona del Verbo eterno! ¡Que antes de ejecutarse esta obra me hiciese guerra, y después me quebrantase con tanta confusión mía! Siempre la tuve por enemiga cruel; siempre me fue aborrecible e intolerable. ¡Oh hombres tan favorecidos y regalados del Dios que yo aborrezco, y amados de su ardiente caridad! ¿Cómo impediré vuestra dicha? ¿Cómo os haré infelices cual yo soy, pues no puedo aniquilar el mismo ser que recibisteis? ¿Qué haremos ahora, o vasallos míos? ¿Cómo restauráremos nuestro imperio? ¿Cómo cobraremos fuerzas contra el hombre? ¿Cómo podremos ya vencerle? Porque si de hoy mas no son los mortales insensibles ingratísimos, si no son peores que nosotros contra este Hombre y Dios que con tanto amor los ha redimido, claro está que todos le seguirán a porfía; todos le darán el corazon y abrazarán su suave ley; ninguno admitirá nuestros engaños; aborrecerán las honras que falsamente les ofrecemos, y amarán el desprecio; querrán la mortificación de su carne, y conocerán el peligro de los deleites; dejarán los tesoros y riquezas, y amarán la pobreza que tanto honró su Maestro; y a todo cuanto nosotros pretendamos aficionar sus apetitos, les será aborrecible por imitar a su verdadero Redentor. Con esto se destruye nuestro reino, pues nadie vendrá con nosotros a este lugar de confusión y tormentos; y todos alcanzarán la felicidad que nosotros perdimos; todos se humillarán hasta el polvo, y padecerán con paciencia, y no se logrará mi indignación y soberbia.
¡Oh infeliz de mí, y qué tormento me causa mi propio engaño! Si le tenté en el desierto fue darle ocasión para que con aquella victoria dejase ejemplo a los hombres, y que en el mundo le hubiese tan eficaz para vencerme. Si le perseguí, fue ocasionar la enseñanza de su humildad y paciencia. Si persuadí a Judas que le vendiese, y a los judíos que con mortal odio le atormentasen y pusiesen en la cruz, con estas diligencias solicité mi ruina, y el remedio de los hombres, y que en el mundo quedase aquella doctrina que yo pretendí extinguir. ¿Cómo se pudo humillar tanto el que era Dios? ¿Cómo sufrió tanto de los hombres, siendo tan malos? ¿Cómo yo mismo ayudé tanto para que la redención humana fuese tan copiosa y admirable? ¡Oh qué fuerza tan divina la de este Hombre, que así me atormenta y debilita! Aquella mi enemiga, Madre suya, ¿cómo es tan invencible y poderosa contra mí? Nueva es en pura criatura tal potencia, y sin duda la participa del Verbo eterno, a quien vistió de carne. Siempre me hizo grande guerra el Todopoderoso por medio de esta Mujer tan aborrecible a mi altivez, desde que la conocí en su señal o idea. Pero si no se aplaca mi soberbia indignación, no me despido de hacer perpetua guerra a este Redentor, a su Madre y a los hombres. Ea, demonios de mi séquito, ahora es el tiempo de ejecutar la ira contra Dios. Llegad todos a conferir conmigo por qué medios lo haremos, que deseo en esto vuestro parecer.
A esta formidable propuesta de Lucifer respondieron algunos demonios de los más superiores, animándole con diversos arbitrios que fabricaron para impedir el fruto de la redención en los hombres. Convinieron todos en que no era posible ofender a la persona de Cristo, ni menguar el valor inmenso de sus merecimientos, ni destruir la eficacia de los Sacramentos, ni falsificar ni revocarla doctrina que Cristo había predicado; mas que no obstante todo esto convenía que, conforme a las nuevas causas, medios y favores que Dios había ordenado para el remedio de los hombres, se inventasen allí nuevos modos de impedirlos, pervirtiéndolos con mayores tentaciones y falacias. Para esto algunos demonios de mayor astucia y malicia, dijeron: Verdad es que los hombres tienen ya nueva doctrina y ley muy poderosa, tienen nuevos y eficaces Sacramentos, nuevo ejemplar y maestro de las virtudes, y poderosa intercesora y abogada en esta nueva Mujer; pero las inclinaciones y pasiones de su carne y naturaleza siempre son unas mismas, y las cosas deleitables y sensibles no se han mudado. Por este medio, añadiendo nueva astucia, desharemos, en cuanto es de nuestra parte, lo que este Dios y Hombre ha obrado por ellos; y les haremos poderosa guerra procurando atraerlos con sugestiones, irritando sus pasiones, para que con grande ímpetu las sigan, sin atender a otra cosa; y la condición humana, tan tímida, embarazada en un objeto, no puede atender al contrario.
Con este arbitrio comenzaron de nuevo a repartir oficios entre los demonios, para que con nueva astucia se encargasen como por cuadrillas de diferentes vicios en que tentar a los hombres. Determinaron que se procurase conservar en el mundo la idolatría, para que los hombres no llegasen al conocimiento del verdadero Dios ni de la redención humana. Si esta idolatría faltaba, arbitraron se inventasen nuevas sectas y herejías en el mundo; y que para todo esto buscasen los hombres más perversos y de inclinaciones depravadas que primero las admitiesen, y fuesen maestros y cabezas de los errores. Y allí fueron fraguadas en el pecho de aquellas venenosas serpientes la secta de Mahoma, las herejías de Arrio, de Pelagio, de Nestorio, y cuantas se han conocido en el mundo, desde la primitiva Iglesia hasta ahora, y otras que tienen maquinadas, que ni es necesario ni conveniente referirlas. Este infernal arbitrio aprobó Lucifer, porque se oponía a la divina verdad, y destruía el fundamento de la salud humana, que consiste en la fe divina. A los demonios, que lo intentaron y se encargaron de buscar hombres impíos para introducir estos errores, los alabó y acarició, y los puso a su lado.
Otros demonios tomaron por su cuenta pervertir las inclinaciones de los niños, observando las de su generación y nacimiento. Otros de hacer negligentes a sus padres en la educación y doctrina de los hijos, o por demasiado amor, o aborrecimiento, y que los hijos aborreciesen a sus padres. Otros se ofrecieron a poner odio entre los maridos y mujeres, y facilitarles los adulterios, y despreciar la justicia y fidelidad que se deben. Todos convinieron en que sembrarían entre los hombres rencillas, odios, discordias y venganzas, y para esto los moviesen con sugestiones falsas, con inclinaciones soberbias y sensuales, con avaricia y deseo de honras y dignidades, y les propusiesen razones aparentes contra todas las virtudes que Cristo había enseñado; y sobre todo divirtiesen a los mortales de la memoria de su pasión y muerte, y del remedio de la redención, de las penas del infierno y de su eternidad. Y por estos medios les pareció a todos los demonios que los hombres ocuparían sus potencias y cuidados en las cosas deleitables y sensuales, y no les quedaría atención ni consideración de las espirituales, ni de su propia salvación.
Oyó Lucifer estos y otros arbitrios de los demonios, y respondiendo dijo: Con vuestros pareceres quedo muy obligado, todos los admito y apruebo, y todo será fácil de alcanzar con los que no profesaren la ley que este Redentor ha dado a los hombres. Pero en los que la admitan y abracen, dificultosa empresa será. Más en ella y contra estos pretendo estrenar mi saña y furor, y perseguir acerbísimamente a los que oyeren la doctrina de este Redentor y le siguieren; y contra ellos ha de ser nuestra guerra sangrienta hasta el fin del mundo. En esta nueva Iglesia he de procurar sobresembrar mi cizaña, las ambiciones, la codicia, la sensualidad y los mortales odios, con todos los vicios de que soy cabeza. Porque si una vez se multiplican y crecen los pecados entre los fieles, con estas injurias y su pesada ingratitud irritarán a Dios para que les niegue con justicia los auxilios de la gracia que les deja su Redentor tan merecidos; y si con sus pecados se privan de este camino de su remedio, segura tendremos la Vitoria contra ellos. También es necesario trabajemos en quitarles la piedad, y todo lo que es espiritual y divino; que no entiendan la virtud de los Sacramentos, o que los reciban en pecado, y cuando no le tengan, que sea sin fervor ni devoción; que como estos beneficios son espirituales, es menester admitirlos con afecto de voluntad, para que tenga más fruto quien los usare. Y si una vez llegaren a despreciar la medicina, tarde recuperarán la salud, y resistirán menos a nuestras tentaciones; no conocerán nuestros engaños, olvidarán los beneficios, no estimarán la memoria de su propio Redentor, ni la intercesión de su Madre; y esta feísima ingratitud los hará indignos de la gracia, e irritado su Dios y Salvador se la niegue. En esto quiero que todos me ayudéis con grande esfuerzo, no perdiendo tiempo ni ocasión de ejecutar lo que os mando.
No es posible referir los arbitrios que maquinó el dragón con sus aliados en esta ocasión contra la santa Iglesia y sus hijos, para que estas aguas del Jordán entrasen en su boca. Basta decir que les duró esta conferencia casi un año entero después de la muerte. de Cristo, y considerar el estado que ha tenido el mundo y el que tiene después de haber crucificado a Cristo nuestro bien y maestro, y haber manifestado su Majestad la verdad de su fe con tantas luces de milagros, beneficios y ejemplos de varones santos. Y si todo esto no basta para reducir a los mortales al camino de la salud, bien se deja entender cuánto ha podido Lucifer con ellos, y que su ira es tan grande, que podemos decir con san Juan: ¡Ay de la tierra, que baja a vosotros Satanás lleno de indignación y furor! Mas ¡ay dolor, que verdades tan infalibles como estas y tan importantes para conocer nuestro peligro, y excusarle con todas nuestras fuerzas, estén hoy tan borradas de la memoria de los mortales con tan irreparables daños del mundo! El enemigo astuto, cruel y vigilante; ¡nosotros dormidos, descuidados y flacos! ¿Qué maravilla es que Lucifer se haya apoderado tanto del mundo, si muchos le oyen, le admiten y siguen sus engaños, y pocos le resisten, porque se olvidan de la eterna muerte que con inculpable indignación y malicia les procura? Pido yo á los que esto leyeren, no quieran olvidar tan formidable peligro. Y si no le conocen por el estado del mundo y sus desdichas, y por los daños que cada uno experimenta en sí mismo, conózcalo a lo menos por la medicina y remedios tantos y tan poderosos, que dejó en la Iglesia nuestro Salvador y Maestro, pues no aplicara tan abundante antídoto, si nuestra dolencia y peligro de morir eternamente no fuera tan grande y formidable.
“MÍSTICA CIUDAD DE DIOS”
Año 1888

domingo, 4 de febrero de 2018

¿Cómo es que Funciona el Impresionante Poder Sanador de la Eucaristía? Los dones del cielo son el producto final de la Eucaristía. En su libro, Cruzando el umbral de la esperanza, Juan Pablo II dijo que la Eucaristía y otros sacramentos crean en el hombre “la semilla de la vida eterna”

Cuando recibimos a Cristo en la Comunión abrimos la puerta a la comprensión de que es el Cielo, aspiramos sólo al Cielo y ya recibimos su poder sanador.

La razón de la vida en la tierra es la prueba y la preparación, pero si asistimos a la eucaristía con fe, entonces comenzamos a sentir los efectos de la vida eterna en la tierra.

LA IMPORTANCIA DE LA EUCARISTÍA

Los primeros cristianos consideraban la Eucaristía como una conmemoración de la comida que Jesús había compartido con sus apóstoles.

Con el tiempo convirtieron en dogma que Jesús realmente cambió sobrenaturalmente estas sustancias en su cuerpo y sangre, como lo fueron experimentando por sus milagros.

Y que dio autoridad a sus apóstoles para llevar a cabo el mismo milagro sagrado hasta el fin del tiempo. Y en recuerdo de él.
Luego, los milagros eucarísticos que se produjeron reafirmaron esa transustanciación.
Sin embargo la cristiandad protestante posteriormente llegó a negar esto.
la Eucaristía se convirtió para ellos en una simple comida conmemorativa, un signo y no un hecho real.

Hoy en día también la Iglesia Católica está experimentando una reforma interna silenciosa.

Cuyos efectos en la misa no son diferentes a los producidos por las revueltas de Lutero y Calvino.
Hace treinta años se podía observar todavía a monjas llevando a sus pequeños alumnos al comulgatorio, y los amonestaban, “No mastiquen al Niño Jesús”.
Mientras que hoy en día casi todo temor y reverencia hacia la misa y los elementos consagrados parecen haberse evaporado.
Cosas tan simples como arrodillarse para la comuniónrecibir el sacramento en la lengua, y otras normas “antiguas”, que reflejan la dignidad numinosa, han desaparecido.
Podemos decir que la eucaristía se ha “desordenado” respecto al mundo sobrenatural.
La banalización y la desacralización de la misa no son sino el resultado natural de la intelectualización de este misterio.
La mente fue la “matadora” de lo real.
El misterio numinoso trascendental no pudo sobrevivir al racionalismo y a la modernidad de Hans Küng y sus compañeros.
Sin embargo la celebración de la Eucaristía es una recreación diaria de los acontecimientos de la vida de Jesús, que se reviven desde la Navidad hasta la Ascensión
Es un intenso revivir el drama central de la pasión y resurrección y el intento de imitarlo.

La imitación de Cristo es la transformación del ser humano y la misa sigue siendo el medio más eficaz de esa transformación, porque los dones vienen del Cielo.

Veamos lo que sucede en la misa, cuyo punto central es la eucaristía, donde Jesús se ha presente realmente.

¿QUÉ SIGNIFICA QUE JESUCRISTO ESTÁ PRESENTE EN LA EUCARISTÍA BAJO LAS ESPECIES DEL PAN Y EL VINO?

¿Cómo sucedió esto?
La presencia de Cristo resucitado en la Eucaristía es un misterio inconmensurable que la Iglesia no puede explicar completamente en palabras.
Hay que recordar que el Dios trino es el creador de todo lo que existe y tiene el poder de hacer más de lo que podemos imaginar.
Como San Ambrosio, dijo:
Si la palabra del Señor Jesús es tan poderosa como para poner en existencia cosas que no eran, a continuación, aquellas cosas que ya existen se pueden cambiar en otra cosa (De Sacramentis, IV, 5- dieciséis).
Dios creó el mundo con el fin de compartir su vida con personas que no son Dios.
Pero los hombres cayeron en el pecado y fue necesario un plan de salvación generalizado.
Este gran plan de salvación revela una sabiduría que supera nuestro pensamiento.
Pero no se nos deja en la ignorancia: porque en su amor por nosotros, Dios nos revela su verdad a nosotros en formas que podemos entender a través del don de la fe y la gracia del Espíritu Santo que habita en nosotros.
Por lo tanto somos capaces de vislumbrar, al menos en cierta medida, lo que de otro modo permanecería desconocido para nosotros, aunque nunca podemos comprender por completo el misterio de Dios.
Es así que Jesús se nos da Él mismo como alimento para nuestro viaje en la tierra.
¿Por qué Jesús mismo se da a nosotros como comida y bebida?
Jesús se nos da en la Eucaristía como alimento espiritual porque nos ama.

Todo el plan de Dios para nuestra salvación se dirige a nuestra participación en la vida de la Trinidad, la comunión del Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Nuestra participación en esta vida comienza con nuestro bautismo, cuando por el poder del Espíritu Santo estamos unidos a Cristo, convirtiéndonos así en hijos e hijas adoptadas del Padre.
Y se nutre y se profundiza a través de nuestra participación en la Eucaristía.
Al comer el Cuerpo y beber la Sangre de Cristo en la Eucaristía nos unimos a la persona de Cristo a través de su humanidad.
“El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él” (Jn 6:56).
Al estar unidos a la humanidad de Cristo somos al mismo tiempo unidos a su divinidad.

Nuestra naturaleza mortal y corruptible es transformada por estar unida a la fuente de la vida.

“Como el Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me come vivirá por mí” (Jn 6:57).
Al estar unidos a Cristo por el poder del Espíritu Santo que habita en nosotros, estamos en relación eterna de amor con el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.
¿Y qué beneficios concretos tenemos?

LOS BENEFICIOS DE RECIBIR LA EUCARISTÍA

Cada vez que reciben la Santa Comunión, según Santa Gertrudis, algo bueno le sucede a todos los seres en el cielo, en la tierra y en el purgatorio.

El santo Cura de Ars decía que una comunión bien recibida vale más que una pequeña fortuna dada a los pobres.

Cada vez que recibimos la comunión nuestra estancia en el purgatorio se acorta.

Mientras estemos en la tierra, con una visión limitada, nunca seremos capaces de apreciar la grandeza de la Eucaristía.
Sabemos también de la importancia que le dan en lugares como Medjugorje.
Adoren sin cesar al Santísimo Sacramento del altar”, dijo la Santísima Virgen.
Se reciben gracias especiales. Vayan a misa sin tener que buscar una excusa. Oren, oren, oren solamente.
La oración debe ser para ustedes no sólo un hábito, sino también una fuente de felicidad.
Abandónense a Dios sin ninguna restricción.
Amen a sus enemigos. Desterrad de su odio del corazón, la amargura, juicios preconcebidos.

Si ustedes supieran la gracia y los dones que reciben, ustedes se prepararían (para la Eucaristía) cada día durante una hora por lo menos.

Oren, queridos hijos, de manera que el plan de Dios pueda llevarse a cabo, y todas las obras de satanás sean cambiadas a favor de la gloria de Dios.
Cuando digo ‘oren, oren, oren’ Yo no sólo quiero decir aumentar el número de horas de oración, sino también para reforzar el deseo de la oración, y de estar en contacto con Dios.
Pónganse permanente en un estado de ánimo bañado en oración.
Queridos hijos, quiero que entiendan que Dios los ha elegido cada uno de ustedes con el fin de utilizarlos en un gran plan para la salvación de la humanidad.
Ustedes no son capaces de comprender cuán grande es su papel en el diseño de Dios.
La misa es la oración más grande de Dios.
Ustedes nunca serán capaces de entender su grandeza.
Es por eso que deben ser perfectos y humildes en la misa.
Os ruego, oren a Jesús, yo soy su madre, e intercedo por ustedes con Él.
Pero todo no depende sólo de mí, sino también de su fuerza y ??la fuerza de los que rezan.
La misa es lo más importante y el momento más sagrado en sus vidas.

Si se abandonan a sí mismos hacia mí, incluso no sentirán el paso de esta vida a la otra vida.

Ustedes van a comenzar a vivir la vida del cielo de esta tierra“.
¡Ni siquiera se siente el paso de esta vida!
¡Una promesa increíble que es!

POR LA EUCARISTÍA PENETRA EL PODER MILAGROSO DE DIOS

La Eucaristía de una manera particular muestra el poder infinito y milagroso de Dios.
Que es capaz de transformar y perfeccionar su creación y atraer a los hombres a una profunda comunión con él.
Los dones del pan y el vino se transforman en su totalidad y milagrosamente, en el Cuerpo y la Sangre del Salvador.
Ordinariamente la recepción de la Santa Comunión no es un acto místico (de acuerdo con el sentido estricto), ya que normalmente el beneficio real que recibimos del sacramento depende en parte de nuestras disposiciones activas. 
Pero al acercarnos a la Eucaristía y desear la comunión profundamente hacemos que el propósito de la Santa Cena en última instancia suceda. 

Poco a poco vamos siendo transformados por la recepción de los dones transformados en el altar.

Y para que nuestro esfuerzo activo sea virtuoso, es llevado a la perfección por el Espíritu Santo.
En el Canon Romano de la misa, hay dos invocaciones al Espíritu Santo, en las que se ora para que el Espíritu transforme los dones.
Antes de la consagración oramos para que el pan y el vino puedan ser un ofreciemiento en espíritu y en verdad, y así se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo.
A continuación, después de la consagración invocamos de nuevo al Espíritu Santo y pedimos que a medida que el ángel de Dios presente el sacrificio en el altar del cielo podamos recibir en el altar en la tierra, toda gracia y bendición celestial. 

Lo qué ocurre en el altar ante nosotros se supone que sucede también en nosotros a través de los dones que recibimos desde el altar, por el poder del Espíritu Santo.

Por otro lado, en la vida de los santos y místicos la recepción de la Santa Comunión a menudo se convierte en un acto místico en sentido estricto.
Debido a su deseo de la Eucaristía, la intensidad de su caridad les abre más plenamente a la acción directa de Dios en sus almas.
Su unidad sacramental con Cristo en la sagrada comunión se convierte en transformadora de una manera más allá de lo habitual. 
En algunas circunstancias, Dios aún expone esta verdad por medio de signos eucarísticos extraordinarios y muy visibles externamente.
Como cuando, por ejemplo, la vida física de Santa Catalina de Siena y otros, que se mantienen durante muchos años sin ninguna otra nutrición que la Santa Comunión.
Otro signo extraordinario son los milagros eucarísticos, que apuntan a mostrar, más allá de toda duda, la transubstanciación del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo.
Y otro más notable y más extendido es la sanación a través de la eucaristía.
La sanación más común es la del alma y de los estilos de vida, pero sin duda los milagros que movilizan más a la gente son los físicos.

MILAGROS FÍSICOS A TRAVÉS DE LA SANTA EUCARISTÍA

La historia de la Iglesia Católica no es nada menos que la historia de los milagros realizados por Jesús Cristo. 

Esto es tan cierto que una de las marcas de la verdadera Iglesia – además de ser una, santa, católica y apostólica – es también la capacidad de realizar milagros. 

Es decir, fenómenos físicos que están más allá de las leyes de la naturaleza física.
Y lo que no podemos olvidar es que muchas de estas maravillas son realizadas por nuestro Señor a través de la presencia real en el Santísimo Sacramento.
El padre John Hardon dice que la prueba clásica para esto son los milagros que se producen en el santuario de Nuestra Señora de Lourdes en Francia.
Recuerda que fue la Virgen la que obtuvo de su divino Hijo el primer milagro que realizó en su ministerio público cuando cambió el agua en vino en las bodas de Caná de Galilea.
Desde el principio, el santuario de Lourdes fue testigo de innumerables maravillas físicas.
Comúnmente asociamos estas maravillas con que la gente se bañe en el agua de Lourdes. 

Sin embargo una parte esencial de los fenómenos en el santuario de Lourdes es el hecho de que los enfermos son bendecidos con la custodia sagrada que contiene el Santísimo Sacramento.

Uno de los ejemplos clásicos son las curas repentinas registradas los médicos que forman parte del jurado de calificación en el santuario de Lourdes.
De acuerdo con un médico, que recuerda el padre Hardon, la curación repentina de una mujer que moría de cáncer fue la experiencia más notable desde el punto de vista médico que tuvo en sus dos décadas de trabajo con la comisión examinadora.
Ella llegó a Lourdes en un estado moribundo.
Primero ella se sumergió en el agua de Lourdes.
El primer efecto fue un dolor insoportable. Entonces cesó el dolor, pero el cáncer se mantuvo. 

No fue hasta el día siguiente, cuando el sacerdote la bendijo con el Santísimo en una custodia, que se curó inmediatamente de su condición cancerosa.

Con los años maravillas similares se han registrado sobre el poder del Santísimo Sacramento por la intercesión de la Virgen para realizar milagros de curación corporal siempre a favor de los que creen.
Esto nos muestra que la contemplación eucarística es sanadora incluso en problemas menores.

EL PODER CURATIVO DE LA CONTEMPLACIÓN EUCARÍSTICA

Las palabras de Santa Teresa de Calcuta nos inspiran:
“Cuando nos fijamos en el crucifijo, entendemos lo mucho que Jesús nos amó. Cuando nos fijamos en la Sagrada Hostia entendemos lo mucho que Jesús nos ama ahora”.
Esta sanación se produce mediante una progresión interior:
  • El encuentro con Jesús: la experiencia personal del amor divino que cura;
  • La conversión del corazón: el movimiento hacia Dios y el alejarse de lo que no es de Dios;
  • El compromiso con Jesús: en una relación de amor que lleva al servicio.
Fuentes: