En sintonía con las expresiones actuales del papa Francisco.
Una de las novedades que incorporó en su pontificado el Papa Francisco respecto al pontificado de Benedicto XVI son sus continuas menciones al maligno, a quien le atribuye directamente muchos males que suceden en la actualidad. En esto sigue la tradición de Juan Pablo II.
En un discurso durante el Congreso Eucarístico de 1976 para la celebración del Bicentenario de la firma de la Declaración de la Independencia de EE.UU. dado por el Cardenal Wojtyla (Juan Pablo II), él dijo:
“Ahora estamos parados frente a la mayor confrontación histórica que la humanidad ha experimentado alguna vez. No creo que el gran círculo de la Sociedad Americana, o de todo el amplio círculo de la comunidad cristiana se de cuenta de esto completamente. Ahora nos enfrentamos a la confrontación final entre la Iglesia y la anti-iglesia, entre el Evangelio y el anti-evangelio, entre Cristo y el anticristo. El enfrentamiento se encuentra dentro de los planes de la Divina Providencia. Está, por lo tanto, en el plan de Dios, y debe ser un juicio que la Iglesia debe asumir y afrontar con valentía…”
Eso fue hace casi cuarenta años.
Podemos seguir fingiendo que el mundo no está afectado por algo muy oscuro
Que no hay nada sobrenatural por lo cual preocuparnos, y tampoco alegrarnos.
Podemos seguir creyendo que los tiempos presentes no son diferentes que los tiempos de antes.
Pero Juan Pablo II hace que nuestras negaciones parezcan aún más ridículas.
Y más aún si sumamos las expresiones del papa Francisco, que desde el primer día caracterizó a los males de este mundo como la actividad del maligno.
Debemos ser como los percebes y adherirnos firmemente a la roca, para no dejarnos arrastrar por la subida de las mareas.
Jesús dice que las puertas del infierno no prevalecerán contra la roca. Él no dice que todos cristianos serán salvos. En tanto que estemos en la roca y la roca en nosotros, estamos a salvo.
Fuentes: Quartermaster of the Boat, Signos de estos Tiempos
No hay comentarios:
Publicar un comentario